MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

domingo, 31 de diciembre de 2017

Fray Marcos Rodríguez: TODO PASA PERO ALGO PERMANECE


Fray Marcos Rodríguez
Lc 2, 16-21

El texto de Lc que acabamos de leer está en línea con lo que venimos diciendo estos días: total inserción de Jesús en las tradiciones judías. Al decirnos que María rumiaba todo esto, está apuntando a la importancia de lo que estaba pasando dentro de ella y de los demás protagonistas. Importante el nombre: Jesús=Dios salva, lo dice todo.

El tema de María Madre merecería más aclaración de la que permite este pequeño comentario. ¡Claro que la maternidad de María es un dogma! Pero no se discutió en el concilio como un tema mariológico, sino cristológico. Fue definido en Éfeso en el 431. Inmediatamente fue mal entendido (hay que tener en cuenta que, en aquella ciudad, se veneraba a la "Magna Mater", diosa virgen Artemisa o Diana) y tuvo que ser aclarado veinte años después por el concilio de Calcedonia (451) matizando lo formulado en Éfeso, concretando que María era madre de Dios "en cuanto a su humanidad".

Debemos tener en cuenta el contexto en que fue formulado este dogma. Se definió como un intento de confirmar, contra la herejía nestoriana que afirmaba dos personas en Jesús, que el fruto del parto de María fue una única persona. No olvidemos que el concilio de Éfeso lo promovió Nestóreo para condenar como hereje a Cirilo, que proclamaba una sola persona en Cristo; y por lo tanto que María era con pleno sentido, madre de Dios. A Nestóreo le salió el tiro por la culata, pero faltó el canto de un duro para que se condenara como herejía lo que se definió como dogma.

En efecto, en una primera sesión, sin la asistencia de Nestóreo, que no quería que se celebrara antes de que llegara su amigo el patriarca de Antioquia, se definió el dogma condenando a Nestóreo. Cuando a los pocos días llegó su amigo Juan de Antioquia, se celebró una sesión paralela y definieron lo contrario, condenando como hereje a Cirilo. Visto lo cual, el Emperador Teodosio depone a los dos, (Cirilo y Nestóreo) y los encarcela. Unos días más tarde, cuando llegan los delegados del Papa, convencen al emperador para que acepte lo definido en la primera sesión y libere a Cirilo. A Nestóreo le obligó a retirarse a un monasterio. Teodosio decidió qué era dogma y qué era herejía.

Este dogma es el mejor ejemplo de cómo conservando las palabras, tergiversamos el sentido. Cuando se definió el dogma, se tenía una idea completamente distinta de la maternidad. Se creía entonces que la madre era solo el recipiente donde el varón depositaba la semilla del nuevo ser, en el que la madre no tenía más misión que la de acogerle y alimentarle. De hecho la traducción correcta del termino griego "theotokos", sería "la que pare a Dios". Solo desde esa concepción de la maternidad, se pudieron desarrollar las mitologías sobre seres humanos que se consideraron hijos de Dios.

Lo que estamos celebrando es que María hace presente a Dios alumbrando a Jesús. S. Agustín dice que María fue madre de Dios, no por su relación biológica, sino por haber aceptado el proyecto de Dios. El evangelio deja bien claro lo que es importante en María. Cuando le dicen a Jesús, que su Madre y sus hermanos están fuera, contesta: ¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos? El que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Año Nuevo.- Estamos en el tiempo para darme cuenta de mi verdadero ser y descubrir que estoy ya en la eternidad, que mi verdadero ser no está en el chronos sino en el kairos. Seré cada año más joven si soy cada día más libre. Mi verdadero ser lo constituye lo que de divino hay en mí, y eso es eterno. No tengo que esperar nada. Soy ya la plenitud y estoy en lo eterno. Mi singularidad e individualidad es apariencia. No debemos empeñarnos en meter a Dios en el tiempo, sino en salir nosotros de él. Soy la ola que aun no se ha dado cuenta de que es océano. El océano aun no se ha reflejado en mí. Tengo que darme cuenta de que soy océano y entonces el océano me dirá que él es ola. Cuando Jesús dice: “Yo y el padre somos uno", no lo dice desde el falso yo, sino desde su verdadero ser. Es lo que hay en mí de Dios quien dice: Yo y Dios somos uno.

El tiempo en el que se desarrolla nuestra existencia tiene mucha importancia, pero solo como medio para conseguir esa toma de conciencia que me hará trascender. Nuestra reflexión de hoy tiene que estar encaminada a descubrir qué estoy haciendo yo con mi tiempo. Puedo estar malgastando o perdiendo lo que se me ha dado para que lo aproveche. Van pasando mis años y con ellos las oportunidades de dar verdadero sentido a mi vida. Esta tiene que ser mi preocupación cuando estamos pasando de un año a otro.

Día de la paz.- Creo que merece la pena hacer una denuncia de las circunstancias en las que nos encontramos y tratar de poner un poco de luz en la maraña de informaciones e intereses que nos envuelven. En nombre de la libertad, no se puede defender todo. En nombre de la libertad religiosa no se puede propugnar ideas que vayan contra los más elementales derechos de las personas ni siquiera de una sola persona. En nombre de la libertad política no se pueden defender ideas que no respeten los derechos fundamentales de los demás. Tengo la obligación de defender mis derechos; pero mis derechos terminan donde empiezan los derechos del otro, que se convierte en obligaciones para mí.

Debemos desenmascarar el fariseísmo de nuestro mundo occidental, que se atreve a celebrar un día mundial de la paz, mientras está sosteniendo, por acción o por omisión, situaciones de injusticia que claman al cielo. Nos hemos arrogado el derecho de decidir quién es el bueno y quien es el malo. Nos hemos colocado en estadios éticos anteriores a la ley del talión. En ella se decía que si te rompen un diente, tienes derecho a romperle un diente al agresor, no más. Hoy estamos oyendo todos los días, que hay que romperle todos los dientes al otro, porque si no, el día de mañana me puede morder.

No es deseable la paz a cualquier precio. A nadie le interesa la paz de los cementerios. Tampoco debía interesarnos la paz sobre la que se fundaron todos los imperios, desde el egipcio hasta el que padecemos hoy. La paz que se basa en la fuerza no es verdadera paz. No se trata solo de la fuerza física; también la fuerza de una legalidad que hemos construido los poderosos basados en la ley del embudo. La norma debe ser la verdadera justicia. Hemos pasado milenios predicando la guerra justa. No he encontrado esa idea en ninguna parte del evangelio. Toda violencia es inhumana.

La paz no se puede conseguir directamente. Es un fruto y, como tal, si quiero recogerlo, tengo que plantar primero el árbol y cuidarlo. El mínimo indispensable para que surja la paz es la justicia. La paz para el que tiene el poder, es que nadie se mueva. Para el que está sometido a la injusticia será algo muy distinto. Si nos interesa la paz, debemos luchar cada día por abandonar toda opresión (el pecado del mundo) y entrar en la dinámica del amor. Si de verdad queremos la paz, tendremos que dar voz a los que sufren la violencia injustificada. Ellos nos indicarían como alcanzar la verdadera justicia.


Meditación

María no entiende nada de lo que está pasando,
pero hace un esfuerzo de penetración del misterio.
Tanto las cosas como los acontecimientos tienen varias lecturas.
Podemos quedarnos en una comprensión superficial,
o podemos profundizar en el mensaje que toda realidad
aporta, más allá de si misma.

martes, 26 de diciembre de 2017

Fray Marcos Rodríguez: TODO PASA PERO ALGO PERMANECE


Fray Marcos Rodríguez
Lc 2, 16-21

El texto de Lc que acabamos de leer está en línea con lo que venimos diciendo estos días: total inserción de Jesús en las tradiciones judías. Al decirnos que María rumiaba todo esto, está apuntando a la importancia de lo que estaba pasando dentro de ella y de los demás protagonistas. Importante el nombre: Jesús=Dios salva, lo dice todo.

El tema de María Madre merecería más aclaración de la que permite este pequeño comentario. ¡Claro que la maternidad de María es un dogma! Pero no se discutió en el concilio como un tema mariológico, sino cristológico. Fue definido en Éfeso en el 431. Inmediatamente fue mal entendido (hay que tener en cuenta que, en aquella ciudad, se veneraba a la "Magna Mater", diosa virgen Artemisa o Diana) y tuvo que ser aclarado veinte años después por el concilio de Calcedonia (451) matizando lo formulado en Éfeso, concretando que María era madre de Dios "en cuanto a su humanidad".

Debemos tener en cuenta el contexto en que fue formulado este dogma. Se definió como un intento de confirmar, contra la herejía nestoriana que afirmaba dos personas en Jesús, que el fruto del parto de María fue una única persona. No olvidemos que el concilio de Éfeso lo promovió Nestóreo para condenar como hereje a Cirilo, que proclamaba una sola persona en Cristo; y por lo tanto que María era con pleno sentido, madre de Dios. A Nestóreo le salió el tiro por la culata, pero faltó el canto de un duro para que se condenara como herejía lo que se definió como dogma.

En efecto, en una primera sesión, sin la asistencia de Nestóreo, que no quería que se celebrara antes de que llegara su amigo el patriarca de Antioquia, se definió el dogma condenando a Nestóreo. Cuando a los pocos días llegó su amigo Juan de Antioquia, se celebró una sesión paralela y definieron lo contrario, condenando como hereje a Cirilo. Visto lo cual, el Emperador Teodosio depone a los dos, (Cirilo y Nestóreo) y los encarcela. Unos días más tarde, cuando llegan los delegados del Papa, convencen al emperador para que acepte lo definido en la primera sesión y libere a Cirilo. A Nestóreo le obligó a retirarse a un monasterio. Teodosio decidió qué era dogma y qué era herejía.

Este dogma es el mejor ejemplo de cómo conservando las palabras, tergiversamos el sentido. Cuando se definió el dogma, se tenía una idea completamente distinta de la maternidad. Se creía entonces que la madre era solo el recipiente donde el varón depositaba la semilla del nuevo ser, en el que la madre no tenía más misión que la de acogerle y alimentarle. De hecho la traducción correcta del termino griego "theotokos", sería "la que pare a Dios". Solo desde esa concepción de la maternidad, se pudieron desarrollar las mitologías sobre seres humanos que se consideraron hijos de Dios.

Lo que estamos celebrando es que María hace presente a Dios alumbrando a Jesús. S. Agustín dice que María fue madre de Dios, no por su relación biológica, sino por haber aceptado el proyecto de Dios. El evangelio deja bien claro lo que es importante en María. Cuando le dicen a Jesús, que su Madre y sus hermanos están fuera, contesta: ¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos? El que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Año Nuevo.- Estamos en el tiempo para darme cuenta de mi verdadero ser y descubrir que estoy ya en la eternidad, que mi verdadero ser no está en el chronos sino en el kairos. Seré cada año más joven si soy cada día más libre. Mi verdadero ser lo constituye lo que de divino hay en mí, y eso es eterno. No tengo que esperar nada. Soy ya la plenitud y estoy en lo eterno. Mi singularidad e individualidad es apariencia. No debemos empeñarnos en meter a Dios en el tiempo, sino en salir nosotros de él. Soy la ola que aun no se ha dado cuenta de que es océano. El océano aun no se ha reflejado en mí. Tengo que darme cuenta de que soy océano y entonces el océano me dirá que él es ola. Cuando Jesús dice: “Yo y el padre somos uno", no lo dice desde el falso yo, sino desde su verdadero ser. Es lo que hay en mí de Dios quien dice: Yo y Dios somos uno.

El tiempo en el que se desarrolla nuestra existencia tiene mucha importancia, pero solo como medio para conseguir esa toma de conciencia que me hará trascender. Nuestra reflexión de hoy tiene que estar encaminada a descubrir qué estoy haciendo yo con mi tiempo. Puedo estar malgastando o perdiendo lo que se me ha dado para que lo aproveche. Van pasando mis años y con ellos las oportunidades de dar verdadero sentido a mi vida. Esta tiene que ser mi preocupación cuando estamos pasando de un año a otro.

Día de la paz.- Creo que merece la pena hacer una denuncia de las circunstancias en las que nos encontramos y tratar de poner un poco de luz en la maraña de informaciones e intereses que nos envuelven. En nombre de la libertad, no se puede defender todo. En nombre de la libertad religiosa no se puede propugnar ideas que vayan contra los más elementales derechos de las personas ni siquiera de una sola persona. En nombre de la libertad política no se pueden defender ideas que no respeten los derechos fundamentales de los demás. Tengo la obligación de defender mis derechos; pero mis derechos terminan donde empiezan los derechos del otro, que se convierte en obligaciones para mí.

Debemos desenmascarar el fariseísmo de nuestro mundo occidental, que se atreve a celebrar un día mundial de la paz, mientras está sosteniendo, por acción o por omisión, situaciones de injusticia que claman al cielo. Nos hemos arrogado el derecho de decidir quién es el bueno y quien es el malo. Nos hemos colocado en estadios éticos anteriores a la ley del talión. En ella se decía que si te rompen un diente, tienes derecho a romperle un diente al agresor, no más. Hoy estamos oyendo todos los días, que hay que romperle todos los dientes al otro, porque si no, el día de mañana me puede morder.

No es deseable la paz a cualquier precio. A nadie le interesa la paz de los cementerios. Tampoco debía interesarnos la paz sobre la que se fundaron todos los imperios, desde el egipcio hasta el que padecemos hoy. La paz que se basa en la fuerza no es verdadera paz. No se trata solo de la fuerza física; también la fuerza de una legalidad que hemos construido los poderosos basados en la ley del embudo. La norma debe ser la verdadera justicia. Hemos pasado milenios predicando la guerra justa. No he encontrado esa idea en ninguna parte del evangelio. Toda violencia es inhumana.

La paz no se puede conseguir directamente. Es un fruto y, como tal, si quiero recogerlo, tengo que plantar primero el árbol y cuidarlo. El mínimo indispensable para que surja la paz es la justicia. La paz para el que tiene el poder, es que nadie se mueva. Para el que está sometido a la injusticia será algo muy distinto. Si nos interesa la paz, debemos luchar cada día por abandonar toda opresión (el pecado del mundo) y entrar en la dinámica del amor. Si de verdad queremos la paz, tendremos que dar voz a los que sufren la violencia injustificada. Ellos nos indicarían como alcanzar la verdadera justicia.


Meditación

María no entiende nada de lo que está pasando,
pero hace un esfuerzo de penetración del misterio.
Tanto las cosas como los acontecimientos tienen varias lecturas.
Podemos quedarnos en una comprensión superficial,
o podemos profundizar en el mensaje que toda realidad
aporta, más allá de si misma.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Leonardo Boff: En un momento de la historia, el centro de todo está en una mujer


Leonardo Boff

La fiesta de Navidad está totalmente concentrada en la figura del Divino Niño (Puer aeternus), Jesús, el Hijo de Dios que decidió morar entre nosotros. La celebración del Nacimiento va más allá de este hecho. Si nos restringimos solo a él, caemos en el error teológico del cristomonismo (sólo Cristo cuenta), olvidando que existen también el Espíritu y el Padre que siempre actúan conjuntamente.

Es preciso realzar la figura de su madre, Miriam de Nazaret. Si ella no hubiese dicho su “sí”, Jesús no habría nacido. Y no habría Navidad.

Como todavía somos rehenes de la era del patriarcado, este nos impide comprender y valorar lo que dice el evangelio de Lucas respecto a María: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la energía (dínamis) del Altísimo armará su tienda sobre ti y por eso el Santo engendrado será llamado Hijo de Dios” (Lc 1,35).

Las traducciones comunes, dependientes de una lectura masculinista, dicen “la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra”. Pero en el original griego no es eso lo que se dice. Literalmente se afirma: “la energía (dínamis) del Altísimo armará su tienda sobre ti” (episkiásei soi). Se trata de un modismo lingüístico hebraico que significa “habitar no pasajera sino definitivamente” sobre ti, María. La palabra que se usa es skené que significa tienda. Armar la tienda sobre alguien (epi-skiásei), como afirma el texto, significa: a partir de ahora María de Nazaret será la portadora permanente del Espíritu. Ella ha sido “espiritualizada”, es decir, el Espíritu forma parte de ella.

Curiosamente la misma palabra skené (tienda) la aplica el evangelista san Juan a la encarnación del Verbo. “Y el Verbo se hizo carne y armó su tienda entre nosotros (eskénosen, es el mismo verbo de base)”, que quiere decir, habitó definitivamente entre nosotros.

¿Cuál es la conclusión que sacamos de esto? Que la primera Persona divina enviada al mundo no fue el Hijo, la segunda Persona de la Santísima Trinidad. Fue el Espíritu Santo. Quien es el tercero en el orden de la Trinidad es el primero en el orden de la Creación, esto es, el Espíritu Santo. El receptáculo de esta venida fue una mujer del pueblo, sencilla y piadosa como todas las mujeres campesinas de Galilea, de nombre Miriam o María.

Al acoger la venida del Espíritu, ella fue elevada a la altura de la divinidad del Espíritu. Por eso dice con razón el evangelista Lucas: “por eso (diò óti) o por causa de eso el Santo engendrado será llamado Hijo de Dios” (Lc 1,35). Solamente alguien que está en la altura de Dios puede engendrar un Hijo de Dios. María, por esta razón, será divinizada de manera semejante al hombre Jesús de Nazaret, que fue asumido por el Hijo eterno y así fue divinizado. El Hijo eterno encarnado en nuestra realidad humana es lo que celebramos en Navidad.

En un momento de la historia, el centro está ocupado por una mujer, Miriam de Nazaret. En ella está actuando el Espíritu Santo que habita en ella y que está creando la santa humanidad del Hijo de Dios. En ella están presentes dos Personas divinas: el Espíritu Santo y el Hijo eterno del Padre. Ella es el templo que alberga a ambos.

Nuestra Señora de Guadalupe, tan venerada por el pueblo mexicano, con rasgos mestizos, aparece como una mujer embarazada con todos los símbolos de la gravidez de la cultura nauatl (de los aztecas). Siempre que voy a México me mezclo con las multitudes que acuden a ella y visito la bella imagen de la Guadalupe. Vestido de fraile, pregunté varias veces a un peregrino anónimo: “Hermanito, ¿tu adoras a la Virgen de Guadalupe”? Y recibí siempre la misma respuesta: “Sí, frailecito, ¿cómo no voy a adorar a la Virgen de Guadalupe? Sí que la adoro”.

El devoto respondía con toda razón, pues en esa mujer se esconden las dos Personas divinas, el Hijo que crecía en sus entrañas por la energía del Espíritu que moraba en ella. Ambas, siendo Dios, pueden y deben ser adoradas. Y María es inseparable de ellos, por eso merece la misma adoración. De aquí nació la inspiración para uno de mis libros más leídos, “El rostro materno de Dios”.

Siempre he lamentado que la mayoría de las mujeres, incluso teólogas, no hayan asumido aún su porción divina, presente en María por obra del Espíritu Santo. Se quedan solo con Cristo, el hombre divinizado.

La Navidad será más completa si junto al Niño que tirita de frío en el pesebre, incluimos a su Madre que acuna al Niño, amparada por su esposo, el buen José. Él también merecería una reflexión especial, que ya hice en estas páginas del Jornal do Brasil: su relación con el Padre celeste.

En medio de la crisis de nuestro país todavía hay una Estrella, como la de Belén, para darnos esperanza.

*Leonardo Boff es articulista del JB online y ha escrito El rostro materno de Dios, Vozes, 11ª edición, 2012.

Traducción de Mª José Gavito Milano

viernes, 22 de diciembre de 2017

REDES CRISTIANAS: ¡Feliz Navidad! La liberación está en marcha



Redes Cristianas
Editorial

Es la fiesta conmemorativa del nacimiento de Jesucristo. La Navidad nos abre a la esperanza de paz y prosperidad para personas, familias, etnias y pueblos marginados.

Viene entre los humildes

En las naciones de la Tierra, los seres humanos se dividen en minorías de enriquecidos y mayorías de empobrecidos. La Biblia nos comunica la revelación de Dios amor y verdad para todos y todas, pero con predilección por los humildes y humillados.

Los seres humanos, individual y colectivamente, están sometidos a escasez de bienes materiales por catástrofes naturales (como sequías, inundaciones o terremotos); también padecen injusticias inmorales y opresiones escandalosas (como salarios de miseria, hambrunas o genocidios). Pero estos males naturales y humanos, a las clases adineradas y opulentas apenas les afectan; sin embargo, las clases empobrecidas malviven inmersas en las situaciones de desdichas y angustias.

El Evangelio de Lucas nos comunica un poema impresionantemente bello y esperanzador, el “Magníficat”. Ahora tenemos la seguridad de que Dios se fijó en la insignificancia y el anonimato de las mujeres humildes simbolizadas en la joven María. Las esperanzas de las empobrecidas unidas a la fe de María, se centran en que “otro mundo es posible”. La vida sencilla de las empobrecidas las afirma como alumbradoras de Salvación. Con María, Dios se acerca a todas las personas que deambulan en los ambientes “silenciados” del mundo. Sorprendente revelación en una sociedad patriarcal y clasista, pues Jesús no nacerá de una familia enriquecida y poderosa, sino de una pareja marginal y marginada. Antiguamente, en las familias los importantes eran los padres varones, pero Yahvé dignificó a las madres y a las mujeres en María, con lo que quedan desautorizadas las sociedades patriarcales. Jesús tiene como progenitores a María, a Israel y a la Humanidad.

María mostró a las empobrecidas y a los empobrecidos un camino de dicha y esperanza en medio de tristezas y sufrimientos: admirar, contemplar, agradecer y alabar a Yahvé-Dios como liberador de los pueblos oprimidos y de la propia nación marginal de Israel.

Dios con nosotros

En Navidad reconocemos a Jesús como Emmanuel (Dios con nosotros), que nació humildemente en la “fallida” nación judía colonizada por Roma, bien sea en Nazaret (lo más probable, como dicen Marcos y Juan) o bien en Belén (como expresan Mateo y Lucas, en sendas expresiones teológicas). Es verdad que Jerusalén, tumba de Jesús, no cuenta entre los lugares que proféticamente dan buenas noticias sobre el Mesías. Pero, a la vista de lo que está ocurriendo en estos días, ¿cómo podría nacer hoy día Jesús en una ciudad imperialmente sometida y arrebatada a los pobres lugareños, teniendo que vivir en su ciudad militarmente ocupada?

Navidad significa que, en Jesús Dios es hermano para que nosotros seamos hijos de Dios. Jesús vivió empobrecido en casi toda su vida, como simple obrero-artesano en la aldea desconocida y escasamente importante de Nazaret.

Navidad simboliza que en Jesús Dios es liberación-salvación (temporal y eterna). Por ello, Jesús anunció el Evangelio de la fraternidad universal con acciones compasivas para enfermos, pobres y pecadores, al mismo tiempo que anunciaba el Reino de Dios de igualdad y de vida, de justicia y de paz.

La Navidad muestra a Dios identificado con Jesús como víctima divina de todo poder inhumano (simbolizado en el poder romano como bestia apocalíptica). Es el Dios solidario con todas las víctimas atropelladas por los poderes políticos, económicos y militares de este mundo.

Navidad, jubilosa esperanza, pues Jesús es la Resurrección y la vida para que la humanidad alcance un nuevo universo sin homicidios criminales, ni explotaciones injustas, ni enfermedades sin asistencia; es decir, para que vivamos sin que el hombre sea “lobo para el hombre”, sin opresiones, sin represiones y sin guerras.

La liberación está en marcha

Jesús, primogénito entre los seres humanos, nació, vivió, murió por todas las personas, razas y pueblos. Jesús resucitado vive entre nosotros para estar siempre a nuestro lado; para ofrecernos su amistad; para confortarnos en la angustia, para liberarnos de toda opresión. Jesús salvador es siempre niño, adulto y resucitado para nosotros.

La Navidad, no sólo es un suceso histórico, sino un acontecimiento terrestre y cósmico. Dios, en Jesús, se humaniza para que las personas, por Jesús, se divinicen.

La Navidad nos muestra a Jesús como expresión, figura y modelo humano de Dios. Viendo a Jesús como niño, trabajador, misionero o víctima, vemos al Dios misterio insondable que nadie nunca vio, ni oyó, ni comprendió. Sigamos a Jesús, teniendo en cuenta los signos de los tiempos actuales, trabajando por los más necesitados y liberando a los oprimidos.

Jesús, por su resurrección, es, desde su nacimiento hasta su muerte, patrimonio universal no sólo de los cristianos sino de toda la humanidad.

Navidad en España

Como pueblo cristiano, los españoles y las españolas celebran y festejan el nacimiento de Jesús. Pero la Navidad se realiza liberando al oprimido, levantando a los humildes y colmando de bienes a los hambrientos; aunque les pese a los soberbios, a los poderosos y a los ricos de este país nuestro y diverso. Realicemos la Navidad comprometidos en la obra de la renovación del Estado, para que la justicia y la concordia entre los pueblos y nacionalidades de España resplandezcan entre nosotros como el sol de mediodía. La Navidad nos compromete a la reforma de estructuras que den paso a un sistema comunitario humanista en donde no tenga cabida el inhumano sistema capitalista neoliberal.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Leonardo Boff: Encarnado en la cultura guaraní, el obispo sería un pobre, y el Papa un mendigo


Leonardo Boff

Hay una crisis generalizada acerca del poder y de su ejercicio, una verdadera crisis sistémica, vale decir, la percepción de que la forma en que entendemos el poder y su ejercicio en todos los ámbitos de la realidad no nos hace mejores. Vivimos casi siempre bajo formas degeneradas, burocráticas, patriarcales, autoritarias, cuando no dictatoriales. Max Weber, uno de los grandes teóricos del poder, le dio una definición tomando como referencia su lado patológico y no su lado sano. Para él, poder es hacer que el otro haga lo que quiero.

¿Por qué no entender el poder como expresión jurídica de la soberanía popular, poder compartido y servicial? Lo ético de este poder consiste en reforzar el poder del otro para que nadie se sienta sin poder sino participante en las decisiones que afectan a todos.

En tiempos de crisis como el nuestro, conviene revisar otras formas de ejercicio de poder que nos ayudan a superar el pensamiento único acerca del poder. Pienso aquí en la forma como los guaraníes entendían el poder y a su portador, el jefe de la tribu.

Un investigador francés, Louis Necker, nos trae un relato impresionante sobre este tema (Indios guaraníes y chamanes franciscanos: las primeras reducciones del Paraguay 1580-1800, Asunción 1990). Me permito transcribir algunos párrafos ilustrativos de otro tipo de ejercicio de poder.

«El jefe no tenía poder de coerción. Sus "súbditos" aceptaban su autoridad y su preeminencia sólo en la medida de las contraprestaciones que recibían de él. El jefe dirigía las tareas comunales... Tenía un privilegio: la poligamia (para ayudarle en sus muchas tareas). Pero a su vez tenía obligaciones muy precisas cuya no ejecución podía significarle el abandono de sus súbditos: conducir hábilmente la política exterior del grupo, tomar decisiones judiciales en materia económica, repartir con justicia entre las familias nucleares los lotes de terreno limpiados colectivamente, mantener la paz en el grupo y muchas veces tener cualidades de chamán, útiles al grupo, como el poder de curar o el control de las fuerzas sobrenaturales. Era muy importante que el jefe fuera elocuente. Y sobre todo debía ser generoso. Como lo observó Lévi-Strauss, en los pueblos del tipo de los guaraníes "la generosidad es el atributo esencial del poder". Para conservarlo el jefe debía sin cesar hacer regalos de bienes, de servicios, de fiestas... En la selva tropical, este tipo de obligación podía ser tan pesada que el jefe se veía obligado a trabajar mucho más que los demás y a renunciar casi a toda posesión para sí mismo. Es el papel del jefe... dar todo lo que se le pida: en algunas tribus se puede reconocer siempre al jefe en la persona que posee menos que los demás y lleva los ornamentos más miserables. El resto se le fue en regalos».

El cristianismo no escoge la cultura en la que se va a encarnar. Se enmarca en la que encuentra. Así lo hizo con la cultura del judaísmo de la diáspora (judíos que vivían fuera de Palestina), con el judaísmo palestino, con la cultura griega de Asia Menor y con la cultura imperial romana. De esta encarnación nos vino el actual cristianismo con sus positividades y limitaciones propias de esta cultura. Especialmente la Iglesia católica romana asumió el estilo de poder, no el predicado por Jesús, sino el de los emperadores, poder absoluto y cargado de símbolos que permanecieron en los papas hasta la llegada del Papa Francisco. Él se despojó de ellos, renunciando especialmente a la famosa "mozetta", esa pequeña capa sobre los hombros cargada de oro y plata, el mayor símbolo del poder del emperador, y a la vida en palacios. El Papa Francisco siguió los pasos del poverello de Asís y el mandato de Jesús y se fue a vivir donde se alojan los obispos y sacerdotes que llegan a Roma.

Hagamos un ejercicio de imaginación. ¿Qué tal si el cristianismo, en vez de echar raíces en la cultura occidental grecolatina y después germánica, hubiera asumido la forma guaraní de ejercicio de poder.

En tal caso los sacerdotes serían paupérrimos, los obispos, miserables y el papa, un verdadero mendigo. Trabajarían incansablemente al servicio de los fieles. Su marca registrada sería la generosidad sin límites. Y darían un testimonio espontáneo y profundamente inspirador del sueño de Jesús. Él nos pidió ejercer el poder como puro servicio: "sabéis que entre las naciones quien tiene poder manda y los grandes dominan sobre ellas; así no ha de ser entre vosotros; por el contrario, si alguno de vosotros quiere ser grande, sea vuestro servidor, porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir" (Mc 10,42 ss). Que esta enseñanza sea permanente autocrítica a todo poder, también al eclesiástico, pero principalmente sea inspiradora de una forma no dominadora del poder.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

La Defensoría del Pueblo del Ecuador rinde homenaje a Mons. Gonzalo López Marañón por el Día Internacional de los Derechos Humanos.



La Defensoría del Pueblo del Ecuador, como parte de las celebraciones por el Día Internacional de los Derechos Humanos, rindió homenaje a Mons. Gonzalo López Marañón, por su dilatada trayectoria en favor de grupos vulnerables del país, especialmente en la Amazonia Norte del Ecuador.

Mons. Gonzalo nació el 3 de octubre de 1933 en Medina de Pomar, España. Al cumplir 37 años de edad es designado prefecto del Vicariato Apostólico de Sucumbíos, desde ese año se mantiene al servicio del pueblo del Ecuador por más de 40 años hasta que es forzado a salir y decide ir al África como misionero, tenía 77 años de edad, viajó a Angola, donde falleció el sábado 7 de mayo del 2016 a la edad de 82 años.

Efectivamente en el 2010, al cumplir 75 años, Mons. Gonzalo presenta su renuncia, según manda el Derecho Canónico, situación que es aprovechada por el ala más integrista y conservadora de la Iglesia Católica, visibilizada en Arregui y Otonello, quienes mueven sus influencias y logran la destitución del obispo y la recomendación, por parte de uno de los dicasterios romanos, de salir del Ecuador, su tierra por opción y naturalización.

Gonzalo, como gustaba ser tratado, asumió su misión en plena primavera de la Iglesia, era la década de los setenta, años de cambios sustanciales en la Iglesia Latinoamericana, las grandes transformaciones provenientes del Vaticano II, Medellín y Puebla, se iban plasmando en la obra y la palabra de don Helder Cámara, Pedro Casaldáliga y varios obispos del Brasil, que habían hecho la opción por los pobres; En Ecuador la lucha del Taita Leonidas Proaño a favor de los indígenas, la voz profética de Mons. Luna Tobar frente a la prepotencia de Febres Cordero y su gobierno represivo, don José Dammert en el Perú, don Samuel Ruiz en México, don Enrique Angelelli en Argentina, entre otros. Tomemos en cuenta que al igual que ahora con el Papa Francisco, el Papa Pablo VI exhortaba a los obispos a un mayor compromiso con los pobres.



Durante 40 años el trabajo silencioso y profético de Gonzalo y los Carmelitas Descalzos en Sucumbíos dieron frutos y la Iglesia se transformó en referente latinoamericano de vivencia de fe y organización eclesial desde el Espíritu de Pentecostés, muchos fueron los teólogos, biblistas, eclesiólogos y sociólogos que visitaron ISAMIS (Iglesia San Miguel de Sucumbíos) para mirar de cerca una estructura de Iglesia muy parecida a las primitivas comunidad cristianas que narra Hechos de los Apóstoles.

El 2011 fue el año que la conciencia progresista del Ecuador, indignada por la tramposa y astuta jugada del Nuncio Otonello y el Obispo Arregui y la tibia postura del episcopado, llenó de homenajes a un hombre que nunca los buscó, que vivió iluminando la lucha de los pobres, como él decía “en camino”, construyendo una iglesia distinta, “enlaicada”, con sus raíces firmes en el Evangelio Liberador y sus mejores frutos en las frondosas ramas de la organización social, sin dejar de alimentarse de esa sabia inagotable de la liturgia y la oración.

El 23 de Febrero del 2011 la Universidad Andina Simón Bolívar declaró a Mons. Gonzalo Profesor Honorario. El 9 de marzo recibió, de manos del Presidente de la República la Condecoración Nacional al Mérito en el grado de Caballero. El 30 de marzo la Asamblea Nacional le entregó la condecoración Dr. Vicente Rocafuerte al mérito social, por su permanente defensa de los derechos humanos y compromiso con los sectores más desposeídos de la sociedad.

Este 10 de diciembre de 2017, con la presencia de delegados y delegadas de la Sociedad Civil de Sucumbíos y del país, Organizaciones Populares, Comunidades de Base, fundaciones, Iglesias no católicas y pueblo llano; en el auditorio Dolores Cacuango de la Defensoría del Pueblo, que rebasó su capacidad, se realizó el develamiento de la fotografía de Mons. Gonzalo López Marañón, en un acto muy emotivo al que antecedió una celebración Eucarística y una Caminata por el norte de la ciudad de Quito.


La celebración Eucarística presidida por el P. Marcelo Sarmiento, superior de los Carmelitas en el Ecuador, fue ocasión para dar gracias a Dios por los defensores y defensoras de los Derechos Humanos y recordar, a través de las canciones latinoamericanas, el Espíritu Liberador del Evangelio de Jesús. En ella dieron testimonio de la obra profética de Gonzalo, representantes de los “11 del Putumayo”, indígenas de las nacionalidades del Oriente, Iglesias no católicas y laicas comprometidas de las comunidades cristianas de Lago Agrio.

La caminata nos recordó que somos un pueblo “En Camino” como decía Gonzalo y que esta caminata de la vida, tiene que estar llena de canto y fiesta.

El acto de develamiento inició con la intervención musical de los laicos carmelitas de Quito, recordando “Yo te nombro Libertad”, el Dr. Jorge Acero, abogado misionero, nos recordó la importancia de la labor emprendida por Gonzalo y la semilla que dejó en organizaciones como la Federación de Mujeres de Sucumbíos, El Frente de Defensa de la Amazonía, La Sociedad Civil de Sucumbíos, La Jatum Comuna Aguarico, hoy FANAKISE, entre otras.

Con Guitarra y Violonchelo, los hermanos Ríos Guerrero, jóvenes hijos de un Matrimonio misionero de ISAMIS nos deleitaron con Vasija de Barro.


Felipe Adolf, pastor de la Iglesia Luterana del Ecuador, destacó la figura de Gonzalo como promotor de un ecumenismo basado en la mirada hacia el necesitado, en la lucha por los derechos de los sin voz, destacó que su figura trasciende la iglesia católica y que es referente de verdadero pastor junto a Proaño y Luna Tobar.

Tren de la Vida fue el canto que, con Violín y Violonchelo, dio paso a las palabras finales y al posterior develamiento a cargo de Ramiro Rivadeneira Silva, Defensor del Pueblo de Ecuador, quien agradeció a los asistentes por su presencia y recordó que el nivel de organización social y el conocimiento en Derechos que tiene la provincia de Sucumbíos se debe al trabajo de Mons. Gonzalo, también anotó que en sus inicios como luchador de los derechos humanos, fue el primero en visitar a los 11 del Putumayo en el CDP de Quito y que desde ese caso, se afirmaron sus convicciones por la causa de un mundo en que las iniquidades y vulneraciones de Derechos, sean cada vez menos.

Mujeres de Sucumbíos y sacerdotes carmelitas del Ecuador, junto al Defensor del Pueblo, develaron la fotografía de Gonzalo, en medio de lágrimas y aplausos de los asistentes, sentimientos encontrados de mujeres y hombres que reconocieron en el Obispo un profeta de nuestro tiempo. Mientras que los jóvenes Ríos Guerrero entonaron un popurrí de San Juanitos, que pusieron a bailar a todos los asistentes.

Terminamos el acto con un almuerzo comunitario ofrecido por los Carmelitas del Ecuador, en el que se estrecharon abrazos, se recuperó la esperanza y se celebró el triunfo de la Vida, en la lucha constante por los Derechos Humanos. 


lunes, 11 de diciembre de 2017

Víctor Manuel Fernández: "A Francisco no le hacen mella las críticas, aunque sean tan terribles como tacharle de hereje o cismático"


José M. Vidal
Religión Digital

Nada más llegar al solio pontificio, Francisco le hizo arzobispo y le nombró rector de la UCA. En un claro gesto de reconocimiento hacia monseñor Víctor Manuel Fernández, que fue su asesor teológico desde Aparecida. Acostumbrdo a bregar con el sambenito de 'teólogo del Papa' y 'hombre de su confianza', el prelado argentino confiesa que Bergoglio es un pensador hondo, aunque tenga "lenguaje llano y palabra simple", un pontífice seguro, "al que no le hacen mella las críticas".

El Papa acaba de proclamar "magisterio auténtico" la interpretación de la Amoris Laetitia, hecha por los obispos de la región de Buenos Aires. ¿Un espaldarazo a sus tesis y a las de los obispos bonaerenses? ¿El final de las 'dubia'?

En realidad, lo que hicimos los obispos de la Región Buenos Aires (más de 20 obispos para una población de más de 12 millones) fue expresar con otras palabras y resumir lo que ya dice el capítulo VIII de Amoris laetitia. Pero fue un modo de mostrar que acogíamos cordialmente el magisterio de Francisco. Con su respuesta, e incorporándola a las Acta Apostolicae Sedis, el Papa encontró un camino para que dejen de decir que hay "ambigüedad" en este tema.

¿La crisis de la 'Amoris laetitia' se ha terminado?

Pienso que la cosa está ahora más apaciguada. Aunque hay sectores muy irritados. Creo que sigue siendo comprensible que existan esos sectores, que se resisten a cambio alguno. Algo que, por otra parte, ocurrió en toda la historia de la Iglesia. Sin embargo, creo que la cosa está un poco mejor, también porque quienes defendían con fuerza 'Amoris Laetitia' han argumentado un poco más. Tampoco se trata de defender un documento porque sí, porque es del Papa. En todo caso, si uno lo defiende tiene que mostrar la razones y los argumentos que le mueven, desde la razón también, a comprenderlo y aceptarlo.

¿Sobre quién o quiénes recae la responsabilidad de la tragedia del ARA San Juan?

Después que habían hablado de una sola llamada desde el submarino ahora se descubrió que en realidad fueron muchas. La información real por algún lado se filtra y no es posible engañar a todos. Pero es muy difícil opinar cuando uno descubre cómo se administra la información. El gobierno comenzó haciendo una defensa fuerte de la Armada. También defendió excesivamente a las fuerzas de seguridad en los casos de la muerte de Santiago Maldonado y del mapuche de 22 años, que recibió una bala por la espalda. Afirmaron que en caso de duda siempre hay que dar la razón a las fuerzas de seguridad. ¿De dónde salió semejante principio? Si bien los grandes medios han blindado al gobierno, creo que hay que reconocer que en estos temas llegó la hora de reconocer errores y de diseñar otra estrategia hacia adelante.


Dos nuevos obispos "villeros" ¿Un nuevo signo orientador de Francisco?

Hace tiempo que los curas villeros dicen: "Lo que falta ahora es que Francisco designe algún obispo villero". Se cumplió. Y no se trata sólo de dos personas que declaman una opción sin practicarla, sino de dos sacerdotes que optaron por confundir sus vidas con los más pobres, sin distancias y sin privilegios. Nadie podría objetarles incoherencia o mera ideología.

¿Cómo detener la "grieta", como ustedes la llaman, en Argentina?

La dificultad de la grieta es que, azuzada por los medios, ha provocado un tremendo empobrecimiento del debate público. Muchos temen dar una opinión sobre los grandes temas por temor a ser inmediatamente ridiculizados y denostados públicamente. Los motes de "populista" o de "liberal", según el caso, hartan. La única salida que veo por ahora, y a largo plazo, es procurar instalar otros temas que permitan salir de la lógica oficialismo-oposición.

¿Qué sensaciones se le despertaron en su paso por Madrid?

Hacía 30 años que no estaba en Madrid. Lo poco que pude ver me permitió recordar la belleza característica de la ciudad. Por otro lado, me impresionó reconocer las semejanzas que tenemos a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia. Saludando a la gente después de la conferencia, me pareció estar saludando a los fieles que tenía en mi parroquia del interior de Argentina. Sensaciones parecidas tuve con los sacerdotes o periodistas, por ejemplo.

¿Adviento y Navidad plenos de esperanza, a pesar de los pesares?

En mi caso, que soy una persona dramática, siempre al borde de la angustia por los problemas que me rodean, la esperanza es una necesidad cotidiana, un recurso para poder sobrevivir. Por eso el Adviento y la Navidad me traen paz. Reconocer que no me salvo a mí mismo ni a los demás, que necesito y necesitamos también hoy un Redentor, me permite desdramatizar un poco y orientar mis energías de modo más positivo.


¿Su libro 'Palabra y Vida 2018' de comentarios al Evangelio diario está escrito con el corazón? ¿Se pueden decir cosas nuevas sobre pasajes del Evangelio tan conocidos?

Sí. Se pueden decir, no sólo porque la Palabra es inagotable, sino porque en realidad uno está muy interpelado por la vida, que cambia tanto.

Con los años que tengo, que no son tantos, me he abrumado recordando cómo han cambiado las cosas desde que era niño. Y me doy cuenta de que he tenido desafíos muy diferentes a lo largo de la vida. Por ejemplo, cosas que me preguntaba, que me angustiaban, que me inquietaban hace treinta años, hoy las vivo pacíficamente. Y cosas que por aquella época para mí no significaban nada, hoy son centrales.

La palabra de Dios está siempre ahí para responder a todas esas inquietudes, de una manera diferente en cada época. Y cuando esa palabra viva, siempre actual, entra en contacto con una situación nueva y distinta, produce algo nuevo, diferente. Si este comentario, lo hubiese escrito años atrás, sería muy distinto, seguramente, y lo mismo ocurriría dentro de unos años. Porque la Palabra es fecunda. Es como el agua, que cae en todo el mundo, pero produce cosas diversas, porque se produce una simbiosis diferente.

El Papa ha convocado recientemente la I Jornada Mundial de los Pobres. ¿Cómo cree que podríamos concretar más esta jornada, sobre todo en la realidad española?

Creo que es importante, primero de todo, crear una mística de la jornada. Porque uno podría hacer 365 jornadas, una por día del año, sobre temas diferentes, y nadie se acordaría. Sería abrumador. De hecho ya ocurre así. Seguramente, aquí en España, las fiestas patrias son días no laborables, y ese día la gente se distrae, pasea, y quién se acuerda de lo que se celebra ese día.

Por eso me parece que lo más importante no son las acciones, sino crear una mística, que significa revivir el sentido social que todos tenemos. Porque hemos sido creados para convivir, hemos sido puestos sobre esta tierra para darle una mano al que está al lado, para caminar juntos. Y esto se nos olvida a veces por el ritmo de la vida, por las angustias y por los desafíos. Por eso, es bueno que haya una jornada que nos ayude a todos a recordar que hemos sido creado seres sociales. Para luchar con el otro, para trabajar con el otro, para llorar con el otro.

Lo más importante es que, entre todos, logremos crear ese espíritu de la Jornada de los Pobres. Y luego, usar para ello una creatividad muy concreta, en orden a encontrar acciones que nos permitan llegar a los pobres ordinariamente de manera más efectiva. Porque, evidentemente, el que pasa hambre todos los días del año no va a esperar esta jornada para que le demos una mano.


¿No teme que la jornada, como otras iniciativas del Papa Francisco, sea tomada como una moda, que forma parte de este pontificado, y que ya vendrá el siguiente con otros puntos de interés y otros planteamientos?

Me da la impresión de que no. Al menos en Argentina y otros lugares que he frecuentado más, he notado que algunas de las insistencias del Papa Francisco están ya asumidas como parte de la vida de la Iglesia, aunque haya personas y grupos que le critiquen o que no le acepten tanto. Hay algunas insistencias que el pueblo en general, incluso los no católicos, las han asumido como un espíritu, como una mística, que mencioné antes. Por ejemplo, creo que la insistencia del Papa en evitar una Iglesia demasiado señorial, demasiado preocupada por su seguridad económica, hace difícil que se vuelva a eso. Me parece que el mismo pueblo de Dios no aceptará en el futuro que un obispo quiera que le besen un anillo de diamantes. Son cosas que la misma historia ha ido dejando de lado, pero que el acento del papa Francisco ha borrado definitivamente.

Por eso, creo que, cuando él dice que el tiempo es superior al espacio, expresa que no interesa tanto dominar espacios, sino iniciar procesos, motivarlos, despertarlos. Porque esos procesos, después de que estemos muertos, van a seguir dando vueltas por el mundo. Como un río que corre, que aunque no lo veamos está ahí, produciendo efectos nuevos. Él está convencido de que no se trata de que él logre, en su pontificado, instalar cosas con una fuerza enorme, sino comenzar esos procesos, que irán fructificando quién sabe cómo.

Es cierto que la importancia que le da el Papa al tema de la pobreza es grande. ¿Podríamos esperar un documento oficial sobre la pobreza?

Creo que no, porque el capítulo IV de "Evangelii gaudium" ha hecho un desarrollo importante del tema. Sin ser tan extenso como una encíclica, contiene ya todo el pensamiento de Francisco sobre los pobres. Con una fundamentación bíblica, con un desarrollo, con una aplicación práctica... Ya existe, de manera que yo no esperaría un documento sobre la pobreza.

Además posteriormente, con "Laudato si", ha completado el tema, Porque, como ustedes saben, no se trata de una encíclica ambiental, sino de una encíclica social. Una encíclica que plantea al ser humano situado en el universo. No el ser humano enmarcado por un universo, sino que está realmente situado y conectado íntimamente con el universo. Y, desde ahí, hace planteos sociales con una fuerza muy grande.

¿Cómo lleva que le presenten con la etiqueta del 'teólogo del Papa' para bien, para mal o para regular?

Las cosas que dice el Papa en sus documentos y sus homilías son las que él ha cultivado desde su juventud, cuando yo ni siquiera había nacido. Cosas que han recibido influencias de lo más variadas.

El Papa es una persona de palabra simple, de lenguaje llano, de gestos más que de elucubraciones. Pero hay gente que se engaña, suponiendo que no es una persona que no posee un pensamiento muy hondo. Lo tiene desde joven, y quienes han sido sus alumnos recuerdan no solo la profundidad, sino la erudición de sus clases. A él no le gusta mostrar esa erudición, porque piensa y dice que la realidad es superior a la idea. A veces, nos entretenemos en las elucubraciones y las argumentaciones y se nos escapa la realidad.

De todos modos, hay que saber escucharlo y saber leerlo, para reconocer, detrás de su sencillez, la hondura humana y teológica del planteo de Francisco.


¿A qué se deben las resistencias que está encontrando, sobre todo entre algunos cardenales y en la la alta jerarquía católica?

Resistencias tiene de distintos tipos. Hay resistencias que tienen que ver con cuestiones doctrinales, teológicas, internas a la Iglesia. En toda la historia de la Iglesia ha habido confrontaciones teológicas. Habría que recordar la controversia de auxiliis, donde dominicos y jesuitas se excomulgaban mutuamente, y el Papa lo que hizo fue decir lo siguiente: hay que seguir estudiando el tema, pero les ordeno que dejen de excomulgarse mutuamente. Así se se cerró aquella vieja controversia hasta hoy.

En algunos concilios, hemos llegado a los puños entre obispos. En la historia de la Iglesia hemos tenido discusiones teológicas muy fuertes y, por lo tanto, no debería llamar la atención que a unos sectores minoritarios en la Iglesia, que tienen una determinada convicción, les moleste que el Papa esté desarrollando otra línea de pensamiento teológico.

Por otro lado, hay una confrontación con el Papa desde el punto de vista de los temas sociales. Por ejemplo toda la insistencia de "Laudato si" en cuestiones ambientales ha caído mal a algunos sectores de pensamiento más neoliberal, para quienes la actividad económica no debe tener ningún límite. Hay sectores, de EE.UU. particularmente, de determinada línea política, que han reaccionado mal frente a "Laudato si", porque hay detrás una determinada ideología.

Pero aún dentro de la Iglesia, algunos eclesiásticos dicen: 'Este es un populista, que cree que hay repartir y no se da cuenta de que hay que pensar en una economía que permita el crecimiento económico, una mayor producción, etc'. Aquí también hay un engaño, porque para al papa Francisco lo que interesa es el trabajo, no repartir. Es que haya trabajo. Porque, para él, el trabajo modula al ser humano, lo madura y le permite desarrollar sus capacidades. Con el trabajo siente, de algún modo, su propia dignidad, porque puede estar construyendo su vida con su propio esfuerzo y desarrollando los dones que recibió de Dios.

Él no está pidiendo que se reparta y que se reparta. Por supuesto, hay que socorrer las urgencias, pero lo que él pide es que la economía se desarrolle de tal manera que haya trabajo para todos, que todos puedan trabajar y ganarse el pan. Ésa es su mayor insistencia. Y eso no es populismo, eso es amor profundo a cada ser humano, que tiene un valor infinito y que tiene el derecho a poder ganarse el pan con su propio esfuerzo.

¿Las críticas le duelen y le hacen perder el sueño?

No, para nada. Tiene una libertad interior enorme. Creo que viene también de su formación espiritual. Hay que reconocer que, en este tema, los religiosos viejos han tenido una buena formación espiritual, que les ayuda a recordar que Dios es el único absoluto. Que lo demás pasa, y que hay que relativizar lo que puedan decir de uno. En esto, él tiene una libertad que hace que no le hagan mella las críticas, aunque sean terribles, tan terribles como tacharle de hereje o de cismático. Críticas de las peores que se puedan decir de un papa. Y si embargo, él tiene una gran confianza en Dios, siente que está respondiendo a un llamado de Dios. Por eso, da lo mejor de sí sin perder el sueño por lo que digan.


Y cuál es el papel que sueña el Papa para la vida religiosa, ahora que estaba hablando usted de la formación de los religiosos?

Él siempre ha insistido en una vida religiosa que tenga una adecuada combinación de profundidad mística y de experiencia espiritual con un compromiso social intenso, con una vida pobre, testimonial, con estar cerca de los últimos. Pero las dos cosas íntimamente combinadas. Nunca le gustaron las polarizaciones: o solo mística y blanquear los ojos sin importar los que sufren, o solo un compromiso social vacío de contenido. Esa combinación de las dos cosas es lo que sueña para la vida religiosa. Y si vamos al caso, eso es lo que le atrae al mundo. Eso es lo que testimonia.

¿Por qué la madre Teresa ha producido tal impacto con su vida? Porque une las dos cosas. Incluso la veneran fuera del cristianismo. ¿Por qué Gandhi tuvo tanta influencia? Porque unió una profundidad sapiencial espiritual y religiosa al tipo de vida y a la entrega social que tuvo. Martin Luther King ¿por qué? Porque también unió íntimamente las dos cosas. Esos son los que producen impacto. La vida religiosa, que se tiene que mover por el testimonio, tiene que tener ese estilo. Es lo que el Papa espera de la vida religiosa.

¿Llegará el esperado viaje a Argentina?

Ojalá, pero en eso él es muy libre también y no se deja presionar. Él espera que en Argentina haya un ambiente menos polarizado. Si les digo la verdad, hoy en día, uno no puede decir nada. Cualquier cosa que digas allá te la interpretan (no solo los medios, también los profesionales, la sociedad misma) como que es a favor de tal o cual político o en contra. Y no puedes hablar ni de medioambiente, ni de espiritualidad ni de lo que se te ocurra, sin que te lo interpreten políticamente. Francisco mira lejos y sabe lo que hace, aunque no se le comprenda en este momento. Doy un ejemplo personal: una vez, me habían propuesto ir a Colombia para presidir el Instituto teológico que hay allí, y Bergoglio me dijo: "Ni se te ocurra". Yo tenía ganas de aceptar, pero me dejé guiar por su opinión. Y con el tiempo entendí. Esto es muy personal, pero también puedo decirlo de otras muchas cosas que le he escuchado decir sobre cuestiones sociales, sobre la Iglesia, que en su momento no he entendido, y sin embargo he visto, con el paso de los años, que realmente eran la respuesta. Es como que él está varios años delante de nosotros.

¿El episcopado de Argentina ha virado hacia Francisco con las últimas elecciones?

Yo creo que la mayoría del episcopado argentino nunca estuvo contra él. Lo que sí se puede decir es lo que dice la gente: no se notaba tanto que le siguieran. Porque, claro, las reacciones, a veces son lentas. Es verdad que seguir a este Papa no es fácil, tenemos también nuestras estructuras, nuestras comodidades, nuestras ideas arraigadas y, a veces, no es fácil deshacer estas estructuras y asumir el estilo audaz que él está proponiendo en la Iglesia. Por eso, yo no creo que sea maldad ni mala intención. Pero también me parece que que los nuevos directivos de la conferencia episcopal argentina son gente realmente muy cercana a su pensamiento y con ganas de provocar un cambio mayor.


¿Cómo se ve desde argentina la crisis catalana, todo lo que está sucediendo con el 'procés'?

Desde lejos, vemos con dolor ese tipo de movimientos. En Italia, en su momento, se había fortalecido la posibilidad de crear la Padania, un país al norte de Italia. Cuando ves de lejos a los italianos, te parecen todos italianos. Es cierto que los del sur tienen sus características, los del norte otras..., pero cuando uno los ve discutir, comer, actuar, dice: son todos italianos. Y de algún modo uno tiene desde afuera la apreciación de la belleza de un país y el dolor de su posible desgarramiento. Desde lejos se ve mal, se ve con dolor. Yo no me imaginaría Italia sin un pedazo.

Lo mismo pasa ahora con Cataluña. Para nosotros, los catalanes son españoles. Es verdad que tienen una hermosa lengua y sus características propias, pero, desde fuera, nos cuesta pensar que no son españoles. Los sentimos como parte de España y no nos imaginamos el mapa de España sin esa parte. Puedo comprender las razones de los catalanes; no me quiero meter en la política española. Simplemente expreso cómo se ve desde lejos. No es más que un punto de vista entre tantos otros.

¿En el viaje a Chile y a Perú espera que el Papa tenga algunas palabras para Argentina?

Posiblemente. En realidad, ya nos mandó varios mensajes. Incluso decidió filmar un saludo para los argentinos tiempo atrás, donde dijo varias cosas muy interesantes sobre la cultura del encuentro. No deja de mandar mensajes de una manera o de otra, siempre.

Toda la Iglesia se está preparando para el sínodo de los jóvenes. ¿Qué espera, realmente, el Papa de este nuevo sínodo?

El Papa ha querido plantear el sínodo orientado a una pastoral juvenil, pero también vocacional. Por eso, el nombre del Sínodo habla de 'proyecto de vida'. No quiere simplemente que nos reunamos a hablar de los defectos que tienen los jóvenes de hoy. Sería terrible. Más bien, lo que quiere el Papa es ver cómo renovamos la presentación de nuestro mensaje, cómo encontramos caminos nuevos para llegar a esta juventud, que es distinta y es nueva. Y también cómo podemos proponerles la vida como un proyecto a construir. No solo el consumir y el pasarlo bien, sino entender la vida como un camino que hay que recorrer para cumplir una misión en esta tierra.