MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

jueves, 8 de enero de 2015

Crecer de mejor manera

 
Pedro Pierre

¿Qué es lo que nos hemos propuesto para este año 2015? He aquí unas sugerencias para vivir mejor. Al nivel individual propongo la meditación y la sencillez de vida. Sí, la meditación, porque es una necesidad natural. Todos necesitamos momentos de silencio, a lo menos una vez por semana, o mejor cada día, para encontrarnos con nuestros anhelos y deseos más profundos, integrar las fuerzas que nos dispersan, a fin de centrarnos en nosotros mismos y llegar a ser dueños de nuestro destino y de las metas que nos harán más humanos. En cuanto a la sencillez de vida, está claro que mientras más cosas tenemos, de menos libertad gozamos y menos capacidad de decisión disponemos.

Al nivel relacional, multipliquemos las amistades. Apostar por la amistad es lo mejor que se puede hacer para no caer en el individualismo, que es nuestro más mortal enemigo. Amistad quiere decir compartir y solidaridad. Con esto basta para ser felices y hacer felices a los demás, comenzando por la familia.

Al nivel nacional, démonos la tarea de -porque o nos ayudamos o nos entorpecemos- crecer en el conocimiento de la realidad de nuestro país, a fin de que -negativamente- no nos dejemos llevar como borregos inconscientes y tontos inútiles. Positivamente, si nos unimos, nos reunimos y nos organizamos para actuar, estaremos influyendo en la marcha de la nación para hacerla más adecuada a la satisfacción de nuestras mayores necesidades comunes.

Al nivel religioso, el papa Francisco está hablando y actuando para hacer que la espiritualidad de todos y la fe de los creyentes sean los motores de una transformación personal y de una lucha mancomunada contra todo lo que nos deshumaniza y nos destruye. Provoca a todos, varones y mujeres de buena voluntad, a hacer de nuestra profesión y de nuestra vida un aporte para que disminuyan los sufrimientos de los que pasan hambre y guerras. De hecho, cuando somos indiferentes a tales males nos hacemos cómplices de los estragos de estos males que están a la vista.

Tenemos una última tarea para lograr más fácilmente las anteriores: conectarnos con la vida y la energía de todo el universo, a fin de tener la fuerza necesaria para ser más felices juntos en este 2015. Los humanos no somos el mejor ni el último logro del universo, sino un eslabón más en su proceso de creación constante y benévola. La energía que nos habita tiene su centro y su fuerza no en nosotros, los humanos, sino en la dinámica viva, inteligente y creativa del mismo universo que se despliega desde miles de millones de años. Todo y todos somos la misma unidad interconectada y interdependiente: el universo se empuja y nos empuja como un hogar común con un destino común: una misma felicidad si sabemos entrar en su dinamismo.

A ver si logramos en este año integrarnos más a esta danza amorosa del universo. Tal vez sea esto “el cielo nuevo y la tierra nueva” que nos describe el libro bíblico del Apocalipsis. “Todo lo hago nuevo”, dice el autor, si nos dejamos llevar por la dinámica cósmica de la vida y del amor.