MONS. GONZALO LOPEZ M.

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sábado, 16 de agosto de 2014

El Papa a los jóvenes : "Señor, que en Corea no haya vencedores y vencidos, sólo una familia de hermanos"

"Cuando en familia se habla la misma lengua, hay esperanza humana"


(José M. Vidal).- Tras la misa en el estadio de Dajeon, el Papa se trasladó al santuario de Solmoe, para celebrar un multitudinario encuentro con los jóvenes de Corea y de toda Asia. UN encuentro emotivo y vibrante. Les pidió que no tengan miedo a entregarse a Dios como laicos o como consagrados. Prometió interceder para que se beatifiquen los mártires de Camboya. Y, sobre todo, dio un consejo y una esperanza a los coreanos: "Una familia de hermanos, sin vencedores ni vencidos".

Jóvenes de diversos países de Asia, con sus camisetas multicolores. Tras el saludo del obispo, un coro de músicos y bailarinas interpretan ante el Papa una bella danza. El Papa, emocionado y sonriente, da las gracias con las manos, al estilo oriental.

A continuación, intervienen tres jóvenes, representantes de Camboya, Hong Kong y Corea, que expresan al Papa sus preocupaciones y las de sus pueblos respectivos.

La joven de Camboya le dice al Papa que los que van a misa en su país son acusados de seguir "una fe extranjera". Y recuerda a los mártires camboyanos. Y pide al Papa que vaya también a Camboya a beatificar a sus mártires.

El joven de Hong Kong le pregunta al Papaqué hacer para hacer llegar pacíficamente el amor de Dios a todos los chinos.

La joven coreana, Marina Park, le dice al Papa que, en su país, se vive in capitalismo que olvida los principios morales. Y la gente siente la frustración y la confusión de valores.

Y solicita al Papa que les hable a los jóvenes que viven en el capitalismo de los valores que dan la felicidad. Después, recuerda que Corea es una nación dividida desde 1950 y en el odio recíproco. ¿Qué podemos hacer por la recdonciliación con Corea del Norte?

Un grupo de teatro escenifica, precisamente, ante el Papa el sufrimiento y el dolor provocados por el dinero y el egoísmo.

El Papa se dirige a los jóvenes en inglés.

Pancartas, aplausos, banderas, camisetas con fotos del Papa, caricaturas simpáticas... El encuentro del Santo Padre con los jóvenes este viernes fue un abrazo de emoción y gratitud. El Papa Francisco quiso reflexionar con ellos sobre el lema del viaje "La gloria de los mártires brilla sobre mí" y les recordó que el Señor quiere que su gloria brille en sus vidas y que a través de ellos "ilumine la vida de este vasto Continente". En su discurso, que se llevó a cabo en el santuario de Solmoe donde el Papa fue recibido con numerosos cantos y aplausos, el obispo de Roma advirtió a los jóvenes de que Cristo llama a la puerta de sus corazones y les pide que "vayan por caminos llamando a las puertas de otros, invitando a acogerlo en sus vidas".

Papa Francisco preguntó a los chicos si están dispuestos a decirle que "sí", al Señor, a lo que ellos respondieron con un fuerte "¡Sí!" y con muchos aplausos. Les dio tres consejos para ser verdaderos testigos del Evangelio: confiar en la fuerza que Cristo les da, permanecer cerca del Señor con la oración cotidiana y finalmente que sus pensamientos y acciones estén guiados por la sabiduría de la palabra de Cristo y el poder de su verdad.

Antes del discurso del Papa, muchachos de diferentes países asiáticos le formularon algunas preguntas y preocupaciones de su día a día. Además, todos pudieron disfrutar de diferentes espectáculos de música y baile que amenizaron la jornada.

Incluso en inglés, lentamente, el Papa improvisa e interactua con los jóvenes:

-¿Queréis seguir a Cristo?
-Sí
-¿Estáis seguros?

Y pasa al italiano

"Me ha llegado al alma lo que dijo Marina: si caminar por el camino de la vida religiosa o estudiar para ayudar a los demás".

"Es un conflicto aparente. Cuando el Señor llama a hacer el bien a los demás, ya sea en la vida religiosa o laical. Adorar a Dios y hacer el bien a los demás. Hay muchos que se hacen la misma pregunta. El camino la debe elegir el Señor. Tú debes seguir a Jesús y preguntarle: 'Señor, qué tengo que hascer?"

"Ésta es la oración que un joven debe hacer: 'Señor, qué quieres de mí'. Con la oración y con el consejo de buenso amigos...Incluso el Papa puede dar un buen consejo...encontrar el camino que el Señor quiere para mí".

"Estoy seguro que el Señor os escuchará, incluso a ti, Marina. Gracias por tu testimonio".

"La pregunta no la hizo Marina, sino May".

"May habló también de mártires en su tierra en Camboya"

"Te prometo que me ocuparé, cuando vuelva a casa, de hablar a un gran tipo que se llama Angelo, para que se ocupe de los mártires de Camboya".

"¿No están cansados? ¿Seguimos?"

"Marina hizo una pregunta sobre la felicidad. La felicidad no se compra y, cuando la compras, no dura. No dura la felicidad que se compra. La felicidad del amor es la única que dura"

"El camino del amor es sencillo: amar a Dios y al hermano, al que está cerca de ti, al que necesita amor. ¿Cómo sé que amo a Dios, padre? Si amas al prójimo, si no tienes odio en tu corazón, amas a Dios. Esa es la prueba segura de que amas a Dios"

"Marina hizo una pregunta dolorosa. Y le doy las gracias por haberla hecha: la división entre los hermanos de Corea. Hay una Corea. La familia está dividida. ¿Cómo ayudar a que esta familia se una? Dos cosas. Primero un consejo. Y, después, una esperanza".

"El consejo: rezar. Rezar por nuestros hermanos del Norte. Señor, somos una familia. Ayúdanos a la unidad. Señor, que en Corea no haya vencedores y vencidos, sólo una familia de hermanos. Os invito a rezar juntos por la unidad de las dos Coreas".

"En silencio, rezamos"

"Y la esperanza. ¿Cuál es la esperanza? Corea es una, una familia. Sois hermanos que habláis la misma lengua. Cuando los hermanos de José fueron a Egipto a comprar comida, encontraron un hermano. Porque José recordó que hablaban la misma lengua. Pensad en vuestros hermanos del Norte. Hablan la misma lengua. Y, cuando en familia, se habla la misma lengua, hay esperanza humana"

"Os contaré una bella historia del Evangelio. Aquel hijo que había traicionado al padre y a la familia...en cierto momento, con mucha vergüenza, decidió regresar. Había pensado cómo le iba a pedir perdón a su padre...El Padre lo vio de lejos...Porque todos los días subía a la terraza para ver si regresaba el hijo. Lo abrazó, no lo dejó hablar, ni siquiera le dejó pedir perdón. E hizo fiesta. Es ésta la fiesta que le gusta a Jesús. Soy pecador, padre...Mejor, habrá más fiesta en el cielo. El Padre hará fiesta, una gran fiesta para ti..."

"Ninguno de nosotros sabe lo que le espera en la vida. Podemos hacer cosas malas, muy malas. Por favor, no desesperar. Volved. Volver a casa, porque me espera el Padre. Y si soy muy pecador, hará una gran fiesta. Y vosotros, sacerdotes, abrazad a los pecadores y sed misericordiosos"

"Escuchar esto es bello. Me hace feliz esto. Porque Dios no se cansa nunca de perdonarnos. no se cansa nunca de esperarnos"

"Tres cosas: rezar, eucaristía y trabajar por los demás".

El Papa da la bendición y pide a los chavales que recen por él: "No os olvidéis de rezar por mí".