MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

miércoles, 5 de marzo de 2014

La meritocracia

Pedro Pierre

La meritocracia es la enfermedad que hace pensar que solo las personas que tienen diplomas son las más adecuadas para llevar adelante sus tareas y que las que nos los tienen poco o nada sirven. Claro, siempre los diplomas son importantes y necesarios para poder enfrentar técnicamente las necesidades de la vida. El problema viene cuando se cree que son suficientes para vivir muy bien y alcanzar el éxito total.

El ‘éxito total’ es humanizarnos y hermanarnos. ¿Llevan a eso la educación escolar, las universidades, las iglesias, los congresos, los títulos? ¿Nos hacen más humanos y más hermanos? Creo que la gran falencia de la educación es que se aprende más que todo a competir, ser más que los demás, tener una cabeza llena y un corazón vacío, y hacernos pensar que, cuando nos graduamos, hemos llegado a lo máximo de lo máximo.

Hemos olvidado la palabra sabiduría, es decir: el arte de vivir, convivir, armonizarnos con la naturaleza y comulgar con Dios. Qué tristeza, por ejemplo, ver que nos llamamos no por nuestro nombre, sino por nuestros títulos: nos hemos rebajado a lo que está escrito en un cartón. Olvidamos saludarnos, agradecernos, pedir permiso o perdón, porque estamos muy ocupados a correr tras los diplomas y los títulos.

Felizmente escucha todavía las palabras ‘vecino, amigo, hermano, compañero’… porque las personas humanas somos primero personas de relación. No podemos vivir bien sin relacionarnos amorosamente con nosotros mismos; no podemos vivir bien si no nos relacionamos fraternalmente los unos con los otros; no podemos vivir bien si no nos relacionamos armoniosamente con la naturaleza; no podemos vivir bien si no nos relacionamos íntimamente con Dios. Lastimosamente no hay escuelas ni colegios ni universidades para aprender a relacionarnos correctamente con nosotros mismos y nuestro entorno humano, natural y trascendental.

Hasta los cristianos nos hemos olvidado de leer, estudiar y seguir los libros de sabiduría. El pueblo de Jesús encontró en la sabiduría popular la manera de resistir las invasiones culturales arrasadoras de los imperios griegos y romanos. Frente a las invasiones imperiales aparecieron los sabios para enfrentar su dominación esclavista, su saqueo descarado y sus falsas justificaciones religiosas. Hoy, frente a las escandalosas realidades de hambre, guerra, miseria, migración, deshumanización, el papa Francisco denuncia la “globalización de la indiferencia y la complicidad”. Volvamos a ser personas de relaciones humanas y esperanzadoras.