MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

jueves, 20 de marzo de 2014

"ENTREVISTA AL REVERENDO FELIPE ADOLF PRESIDENTE DEL CONSEJO LATINOAMERICANO DE IGLESIAS"

Entrevista de Benjamín Rodriguez a Felipe Adolf. Presidente del CLAI, durante su reciente visita a Chile


Explíquenos la motivación de su visita a Chile

En la Habana, el año pasado, en la sexta asamblea del CLAI se eligió una nueva directiva de la cual soy el presidente. Esta está compuesta por 17 miembros. Equitativamente distribuidos por iglesias, por regiones y uno de los temas es la preocupación por la relación con las iglesias. El CLAI se fundó en 1978, se constituyó legalmente en 1982 pero desde un principio para el CLAI es importante la relación con las iglesias. El CLAI sin las iglesias no tiene razón de existir porque fue fundado para eso. Sino tiene razón de existir sin las iglesias está claro que la preocupación fundamental es ¿Qué tipo de relación queremos con las iglesias? Y el tipo de relación que nosotros, esta nueva junta directiva quiere y queremos promover con toda fuerza es que los programas que el CLAI ejecuta en América Latina sean producto de consultas con las iglesias, que vayan los programas respondiendo a las necesidades sentidas de las iglesias. Y como las iglesias y los países son diversos, eso hace la riqueza del CLAI, es esa diversidad que nos permite trabajar por la unidad de la iglesia en la diversidad. Y creo que en este caminar del CLAI desde siempre entendemos y lo vamos comprobando que la diversidad es siempre una riqueza y que tenemos que aceptar y comprender que ser diverso es un derecho tanto de las personas, como las iglesias y trabajar para unidad en la diversidad es una cosa muy satisfactoria porque no se puede trabajar con esquemas dogmáticos, duros; sino que uno tiene que estar siempre abierto a las sorpresas que van presentando las iglesias en los diferentes lugares.

Entonces una de las propuestas que nosotros tenemos, como junta directiva, es la escucha atenta. Es imprescindible que estemos muy atentos escuchando cada una de las expresiones y tratar de entender que es lo que quiere decir. En América Latina no siempre decimos directamente lo que pensamos; entonces tenemos que entender que significan las palabras y los silencios.

Es evidente que en muchas de las iglesias y también en las instituciones está la lucha por la supervivencia, la supervivencia económica, eso crea una preocupación. La gente no está pensando todo el día en el Concejo Mundial de Iglesias, ni en el CLAI, ni en la Federación Luterana sino que están preocupados en cómo ir sobreviviendo cada día. Y con las preocupaciones que trae vivir en situaciones en nuestros países. Atender a la situación de los enfermos, los necesitados y que cada vez son más. Una de las cosas con las que me he encontrado en Chile, sobre todo en sectores en el sur, en la Octava Región; donde hay iglesias pequeñas que con el tema del terremoto y el tsunami la gente está reconstruyendo sus casas, sus templos y dicen entonces nosotros no vamos a poder cumplir con la cuota, aunque sea mínima. Entonces hay que decirles que una de las cuestiones es que todas las instituciones necesitan un aporte económico pero que más importante que el aporte económico es la comunión. Y tenemos que ver cómo solucionamos el tema de esas iglesias que por diferentes situaciones están ocupadas en temas reales pero que les llevan todo el tiempo.

Eso ha sido un poco lo que he escuchado.


En Chile se dice que lo que usted describe para las iglesias le ocurrió también a las personas y gran parte de la movilización social derivó en una lucha por la supervivencia hasta el último tiempo en los últimos años donde se han re articulado las demandas sociales. ¿Cómo percibe el CLAI este proceso?

Acá en Chile hay un fenómeno que es diferente a varios países de América Latina, lo que se nota acá en Chile, por lo menos en ciertos sectores, que hay una situación económica que ha mejorado. Uno nota en la gente que el tema de la sobrevivencia personal ya no es un tema tan acuciante como en otros lugares. Eso evidentemente trae otras complicaciones; un individualismo muy acentuado, el tema de la solidaridad que siempre caracterizó es un tema que se va perdiendo, es cada vez más difícil, la gente está bien, están ocupados en sus cosas. Pero uno de los temas que si preocupa en América Latina es la desmovilización social. En la mayoría de los países la sociedad está desmovilizada. El movimiento social en ciertos países con gobiernos progresistas, sin embargo una de las características es la desmovilización social. Ya es muy difícil reunir a la sociedad civil, a los sectores populares; o están cooptados por los gobiernos o simplemente no están motivados tal vez porque no está apuntando a sus reales necesidades.

El tema de la violencia en las ciudades, las ciudades importantes en A. L. se están volviendo prácticamente invivibles debido al tema de la violencia. En muchos lugares es difícil realizar reuniones en las noches, sobre todo en algunos barrios; porque la gente al salir encuentra dañados sus autos, sin llantas o simplemente irrumpen en las reuniones para asaltar. Entonces hay una situación muy compleja y esa es la situación que las iglesias están viviendo. Y uno de los desafío es cómo acompañar a las iglesias y la sociedad para ir viendo cómo ir enfrentado esas situación.

¿Cómo se visualizan estos nuevos escenarios?

Tal vez eso tiene una ventaja. Mi opinión personal es que durante muchos años cada gobierno quería refundar el país, cada cuatro años. Todo lo anterior no servía, pero sin embargo se decía no podemos hacer mucho porque nos han dejado un país en esta situación. Y yo creo que ahora no cambia mucho, cuando cambia un gobierno de derecha, de la social democracia, de la democracia cristiana lo que hay es una continuidad en elementos importantes. Hay gobiernos que están dispuestos a modificar dinámicas que pueden ser diferentes pero me parece que la continuidad, es decir aprendamos que en A.L. hay políticas de estado y no solamente políticas de gobierno. Yo creo que nosotros cuando aprendamos eso, no reinventar el país cada cuatro o cinco años, y los países están empezando a madurar. De que no todo es tan malo ni todo es tan bueno, es decir que cada gobierno tiene asuntos que hay que darle continuidad y otros que hay que ver como se los modifica. Pero no dejar a los países con obras inconclusas, con proyectos inconclusos, temas como educación, economía, etc.; y las relaciones internacionales no se hacen de un día para otro. Relaciones internacionales que se suspenden lleva muchísimos años reconstruir. Tenemos que empezar a construir políticas de estado y eso también en las iglesias y las instituciones se necesita pensar en políticas institucionales y no por el cambio de una junta directiva o un obispo se reinventa la iglesia.

En este escenario cuales son los desafíos en particular a las iglesias cristianas progresistas

Creo que la iglesia debe empezar a perder el complejo de minoría. Durante muchísimo tiempo el crecimiento del mega pentecostalismo ha encandilado a muchísimas iglesias. La iglesia que no crece numéricamente es una iglesia que según ellos se está muriendo. Yo creo que el tema de las minorías es un tema importante, es decir recuperar el concepto de minoría pues el movimiento ecuménico siempre será una minoría. Minorías activas, minorías que van dándole contenido a las cosas. Porque las megas iglesias no le dan contenido a la vida de las iglesias, no tenemos tratados teológicos, dogmáticos, litúrgicos de las megas iglesias. Es más un activismo. Los tratados teológicos y litúrgicos vienen de las iglesias de las minorías. Yo creo que nuestras iglesias, de corte histórico, pentecostales, que están abiertas al diálogo. Las menonitas, la bautista, etc. que están abiertas al dialogo tenemos que perder el miedo a ser minoría y empezar a pensar y a decir “estas son nuestras verdades y esta es nuestra producción”. Lo que viene de la mega iglesia es un activismo, es un crecer por crecer pero no está cambiando la situación de los países; por más que digan somos un 20 o 30% de la población de que sirve si ese 30% no cambia ni el 1% de la sociedad. Con la abstención no se resuelven los problemas. Son las minorías, las iglesias de las minorías deben hablar con voz más fuerte y decir no estanos interesados en ser una mega iglesia estamos interesado en ser un aporte a la vida de nuestro pueblo y de nuestras iglesias.

El objetivo fundamental del CLAI es el trabajo con las iglesias y reforzar y estar presente, como en esta transmisión del mando. Uno siente visitando las iglesias, las organizaciones que el CLAI se les salió del radar y nuestro interés ahora es saber ¿Por qué? ¿Qué es lo que ha pasado? Seguro que no es culpa de las iglesias.

Haciendo una evaluación global ¿Qué le deja esta visita y que se lleva?

A mi deja muy claramente que las iglesias siguen fieles al CLAI, el sueño de la fundación en México y la constitución en Lima no fue una novelería. Fue porque las iglesias sentían, la constitución de un organismo que las represente, que los unifique, que los dinamice, que las escuche. Eso lo he visto muy claramente. Ayer participamos en la Iglesia Pentecostal de Chile en Puente Alto, 50 aniversario de la iglesia, una fiesta muy linda. El presidente Ulises Muñoz habló de la importancia de ser ecuménico, de la unidad, del diálogo. Y ese sentimiento requiere una mirada atenta, escuchar a las iglesias, no venir a proponerles temas, sino que los programas del CLAI van respondiendo a las necesidades de las iglesias. Eso parece tan básico pero no siempre se da por sobre entendido. Yo estoy muy contento y ahora vamos a hacer una evaluación de la visita pero yo estoy muy satisfecho con la visita y la disposición de las iglesias a seguir este camino.

Llama la atención esta sincronía con el resurgir de movimientos sociales que dicen “aún creemos en los sueños”, “el sueño aún existe”

La palabra reacomodo, yo tengo la sensación o percepción por los diálogos que he tenido en estos días, tengo la sensación de que la calma precede la tempestad. Las iglesias se empiezan a preguntar ¿por qué estamos inactivos? ¿Por qué en otros momentos estuvimos unidos y ahora estamos desunidos? Yo veo en las preguntas que la gente se está haciendo veo un principio de reflexionar. La persona que no reconoce su enfermedad difícilmente se va a curar. Si las personas y las iglesias se hacen estas preguntas algo interesante viene.

Fotos: Con el Cardenal Ezzati en la reunión de hoy de la Fraternidad Ecuménica en Chile (FRAECH)

Adolf en el culto de Oración Ecuménica por Chile y por el Nuevo Gobierno en la catedral metropolitana de Santiago junto a pastores y pastoras (CLAI Chile)