MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Tiempo de esperanza

Pedro Pierre
 
Estamos ante varias novedades con la convocación de un sínodo por parte del papa Francisco. “Sínodos” hay regularmente en la Iglesia católica: se trata de una reunión del Papa con los obispos de los países católicos para conversar sobre algún tema religioso o social. Luego de esta reunión el Papa escribe un documento sobre el tema tratado.
 
El papa Francisco acaba de convocar a los obispos para un sínodo sobre la familia en el año 2014. La gran novedad, calificada de “acontecimiento inédito”, consiste en una consultación a todos los católicos mediante un cuestionario de 9 puntos y 38 preguntas sobre la familia. De hecho, es la primera vez que un papa consulta a los católicos a nivel universal. En América Latina los obispos consultaron a los católicos para 3 de sus 5 reuniones latinoamericanas y caribeñas: la de Puebla, México, en 1979; la de Santo Domingo, República Dominicana, en 1992; y la de Aparecida, Brasil, en 2007. En la reunión de Puebla la consulta fue la más democrática.
 
Otra novedad es la metodología. En nuestra Iglesia católica no se acostumbraba pedir opiniones y sugerencias a los católicos sobre temas definidos por los documentos escritos en el Vaticano: se pedía silencio y obediencia. Hasta aquí, el Vaticano bien poco o nada se preocupaba de lo que pensaba la gente de a pie, como tampoco de la recepción de sus documentos, vinieran de donde vinieran.
 
Se mandaba la doctrina a creer y la práctica a realizar. Esta consultación no debería ser novedad, ya que fue la práctica de los primeros cristianos, tanto para elegir un sustituto a Judas o nombrar a los primeros diáconos, como para decidir si el cristiano debía o no ser practicante de la religión judía.
 
Por una parte, Francisco está cambiando la imagen secular del Papa como monarca absoluto por la de pastor cercano a su grey y con actitudes de misericordia en vez de órdenes y condenas, imitando así al mismo Jesús que dijo que la ley, sagrada para los judíos, como el respeto al sábado por ejemplo, “era al servicio del hombre y no lo contrario”.
 
Por otra parte, esta consulta masiva no hace más que valorar el “sentido común” del conjunto de los católicos, tal como fue la creencia y la práctica en la Iglesia primitiva: “La voz del pueblo (es) la voz de Dios”. Sí, estamos en un tiempo de esperanza al ver a un papa que enseña porque aprende.
 
Hagamos votos por el éxito de este sínodo y para que el ejemplo de la máxima autoridad en la Iglesia católica se repita, tanto en las diócesis como en las parroquias.