MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

lunes, 18 de noviembre de 2013

La mano sucia de Chevron cobra una nueva vida

EL TELEGRAFO.- Una joven falleció hace 15 días por consumir, durante años, el agua contaminada de ríos y esteros que atraviesan el campo Auca, donde operó la transnacional. Habitantes hacen esfuerzos económicos para comprar agua potable que llega desde Machachi (Pichincha)
 
Nombre: José Medardo Shingre; Ocupación:
Campesino; Cargo: Dirigente de la Asamblea de Afectados y
Afectadas de Chevron,
testificó en la ONU sobre la mortal contaminación petrolera.
Foto: John Guevara | El Telégrafo
Mientras Chevron sigue negando el daño que provocó en la Amazonía ecuatoriana y enjuiciando a indígenas, colonos y a sus abogados para no pagar la indemnización, los afectados continúan muriendo, especialmente de cáncer, como ocurrió hace 15 días con una joven de 17 años.
 
El día en que Chevron cumpla con la sentencia de la justicia ecuatoriana (confirmada en todas las instancias legales) y cancele los $ 9.511 millones de indemnización por el daño ambiental y a la salud humana causado en Sucumbíos y Orellana, ese dinero se empleará en 7 áreas de remediación.
 
Varios componentes se tomarán en cuenta para socorrer a los 30 mil afectados de 5 nacionalidades indígenas: cofán, siona, secoya, waorani y kichwa, así como a los campesinos.
 
El campesino amazónico José Medardo Shingre, quien el 25 de septiembre pasado enmudeció con su testimonio a los asistentes a la Asamblea General de la ONU al contar la afectación a la salud de los habitantes, dijo que la petrolera, con su actitud, ha dejado claro que “no ama la vida, sino el dinero”.
 
Por la contaminación dejada por Chevron en ríos, esteros, tierras y el ambiente de su zona, ¿cuántas personas han fallecido por cáncer?

En alrededor de 12 años, 29 personas han muerto solo en lo que se refiere al campo Yuca (descubierto en noviembre de 1970 por Texaco, en Orellana). Pero también en el campo Auca ha muerto mucha gente, entre ellas, hace 15 días, una menor de 17 años llamada L. Conde, por cáncer al estómago, ya que durante años consumió el agua contaminada, como lo vienen haciendo obligatoria e irremediablemente muchas personas.
 

¿El agua se ha convertido en un veneno para quien la consume?

Es que no hay agua para el consumo humano, por eso nosotros queremos justicia para poder tener agua potable. Siendo que la Amazonía es privilegiada en contar con ríos y esteros de agua pura, ahora se tiene que comprar el agua que traen desde Machachi (Pichincha). Hay que llevar agua de la Sierra, de la capital para el Oriente ecuatoriano, eso es tremendo. Por eso es que cuando se hacían las visitas judiciales los abogados de la misma Chevron-Texaco llevaban agua para tomar.
 

Pero Chevron niega a los cuatro vientos que haya contaminación

Cuando ellos ignoran que la zona está afectada me hace pensar que son sordos y mudos de conciencia. Cuando sus técnicos venían a hacer inspecciones, cavaban un poco y les salpicaba petróleo a la ropa por el gas que contienen las piscinas, pero aún así dicen no hay contaminación.
 
Entonces, ¿es importante que Chevron pague la indemnización, aunque haya sido reducida a la mitad, para remediar los ríos y esteros, para evitar más muertes?

El primer trabajo que se debe hacer es remediación ambiental. Luego, en forma paralela, la remediación social, porque sin la primera es seguro que seguirán dándose muertes a corto, mediano y largo plazo.
 
Tendría que quedar como jurisprudencia, para que eso sea un espejo y no vuelva a ocurrir en ninguna parte del mundo. Creen que porque somos campesinos y no somos preparados no tenemos derecho a la vida. Respetamos la explotación petrolera, pero creemos que cuando se haga debe ser de una manera racional; no estamos contra las empresas, sino de los abusos en contra de la vida.
 
Si en algún momento se logra cobrar la indemnización a la petrolera, ¿cómo se va a repartir?

La ley ha determinado que se haga un fideicomiso, el cual ya está hecho y servirá para que, a través de veedores internacionales, la Asamblea de Afectados por Chevron, autoridades nacionales y gente de buena fe de otros países, puedan llevar adelante todo el proceso de remediación ambiental y social. El dinero no será para repartirnos y gastarlo.
 

Pero según Chevron, los afectados son mafiosos y delincuentes que buscan extorsionar a la empresa. Al menos así los tratan dentro del juicio RICO, que desde el 15 de octubre pasado se ventila en la Corte Federal de Nueva York.
 
Yo fui trabajador de Texaco-Chevron, hacía seguridad industrial en una garita. Ellos mienten, pues primero dijeron que no operaron aquí; segundo, que no hay contaminación; tercero, que hicieron la remediación ambiental. Todo lo que dicen se ha caído al vacío porque la historia y la realidad muestran lo contrario. La gente que apoya a los derechos humanos llega y ve que es verdad, pero Chevron insiste en que no lo es. Por eso me atrevo a decir que son mudos de conciencia.
 
A Chevron no le habrá gustado que un exempleado como usted haya expuesto ante la Asamblea de la ONU el daño causado.

Yo sé qué riesgo corro, pero si es de dar mi vida, lo hago para salvar al resto de generaciones. Si algo me pasa, todos sabrán de dónde viene.
 

¿De cuáles de los 29 vecinos del campo Yuca que han muerto se acuerda? Cítelos para que Ecuador y el mundo se enteren de que esas víctimas tienen nombre y apellido y que con su desaparición han dejado hogares desmembrados, hijos sin padres, padres sin hijos.

De los que me acuerdo ahorita están: Apolonia Vivanco, un señor de apellido Oviedo, don Vicente, Rosa Pintado, Rosa Masa, Rosario Román, la suegra del señor Venegas, entre los 29 que han muerto. Enfermos hay muchos, no tengo una cifra exacta, pero siguen recibiendo tratamiento en Solca y esperando que les ayuden porque son gente sumamente pobre. A nosotros no nos pagan por venir aquí, es por nuestra propia cuenta, porque luchamos por nuestros hijos, por su futuro, aunque para ello tengamos que dar la vida. No tenemos a dónde ir, nos guste o no, aquí tendrán que seguir nuestros hijos, nuestros nietos.
 

En su caso, su lucha va por sus hijos, por sus nietos, por la vida

Tengo dos hijos: uno de de 33 años y mi hija de 35, quienes me han dado 9 nietos, Así como yo, todas las familias tienen hijos y nietos por quienes luchar. Sé que aunque José Medardo Shingre muera víctima de algún atentado o enfermedad, aun así seré útil. Lucho y no descansaré hasta que se haga la remediación.
 

Llamo a la sensibilidad de las actuales y futuras autoridades, para que si tienen que hacer la extracción de petróleo, lo hagan, pero de una forma racional, técnica, adecuada y concienciando a la gente, no de la forma en que lo hizo Texaco-Chevron, a la que solo le importaba el dinero, nada más.
 
¿Qué sentimiento tienen ustedes como afectados sobre el hecho de que gobiernos anteriores hayan ‘sacramentado’ una supuesta remediación ambiental que en realidad se hizo a medias, mal o simplemente no se hizo?

Allí están los gobiernos de Jamil Mahuad y Sixto Durán-Ballén. Me da pena que existan figuras políticas de escaso sentimiento, que hicieron lo posible e imposible para proveer de lo mejor a las transnacionales, antes que a su gente. No vieron que nosotros éramos los afectados como ecuatorianos. ¡Qué lástima que no piensen que también tienen familias! Nunca hubiera querido tener presidentes de tan baja figura. Es preferible no dar nada, pero no quitar. Nos quitaron la libertad de expresar nuestro dolor. Cuando quisimos hacer público el caso Chevron, solo logramos que nos persiguieran.
 
Datos
 
Ni un centavo de los $ 9.511 millones que debe pagar Chevron irá a los bolsillos de los 30 mil afectados, sino a un fideicomiso.
 
El dinero, según la sentencia de primera instancia de la Corte de Sucumbíos, se invertirá en: remediación de suelo, $ 5.390 millones; implementación del sistema de salud de la comunidad, $ 1.400 millones; tratamiento de enfermedades a afectados, $ 800 millones; remediación de fuentes de agua, $ 600 millones; recuperación de las especies nativas, $ 200 millones; agua potable para el consumo de la comunidad, $ 150 millones; y programa de reconstrucción cultural de comunidades, $ 100 millones.