MONS. GONZALO LOPEZ M.

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domingo, 10 de noviembre de 2013

COREA DEL SUR El agua no es sólo un derecho humano, es un don de Dios

 
WCC
 
Busan, viernes, 8 de noviembre de 2013 (ALC) – El agua es una de las grandes problemáticas a las que se enfrenta el mundo hoy en día. Mientras algunos países y ciudades luchan diariamente contra las inundaciones a causa de lluvias o del aumento del nivel del mar, otras mueren día a día por falta de acceso.
 
Por Elizabeth Aristizábal
 
Desde un stand ubicado en el Madang, el espacio de exposiciones de la X Asamblea,Verónica Flachier, vicepresidenta de la Red Ecuménica del Agua, trata de sensibilizar y de invitar a los participantes de este encuentro a usar de manera más responsable este vital recurso.
 
“El agua es tema muy difícil en todos los países, no importa si eres de África, de Asia, si eres de América Latina…hay comunidades que nunca tuvieron el acceso al agua y como van las cosas es posible que nunca tengan acceso directo al agua potable. Hay mujeres hoy por hoyque tienen que caminar 4 o 5 kilómetros, 3 o 4 horas desde sus comunidades para acceder a un pozo de agua”, comenta Verónica.
 
El acceso al agua, la contaminación, la privatización del recurso por parte de los estado y las multinacionales, son problemas a los que se enfrenta la humanidad día a día. Por esta razón, desde el año 2006, el CMI apoyó la creación de la Red Ecuménica del Agua, que es una red internacional de iglesias y organizaciones cristianas, que tienen como objetivo principal promover la preservación, el manejo responsable y la distribución equitativa del agua para todos, basados en el convencimiento de que el agua es un don de Dios y un derecho humano fundamental.
 
Para Verónica, el hecho de que Naciones Unidas haya declarado el derecho humano al agua en el 2010, es un gran avance en la lucha por el acceso universal a este recurso, sin embargo aún existen grandes desafíos porque no existe suficiente legislación sobre el tema, que reglamente la extracción de recursos naturales y el uso de fuentes hídricas.
 
“Yo personalmente creo que es posible un desarrollo sustentable, es decir que los pueblos pueden usar los recursos que Dios nos ha dado, pero de manera sustentable, de manera inteligente , siguiendo protocolos, reglas, normativas que cada estado debería poner para la extracción”, agrega Verónica.
 
La privatización del agua es otra de las grandes problemáticas que se vive hoy en día en el mundo; con la privatización, no sólo se limita el acceso al recurso hídrico para las personas o pequeños productores, sino que además en la mayoría de los casos el agua termina por convertirse en un artículo de lujo. “En Lima la gente que está en la periferia, justamente la gente pobre tiene que pagar 20 o 30 veces más el precio que se paga en lo urbano”, comenta Verónica.
 
Megaproyectos e hidroeléctricas
 
La localidad de Paso de la Reina está situada en el Estado de Oaxaca, México y tiene una población de 532 habitantes, quienes desde el año 2006 han comenzado una lucha contra el Gobierno Mexicano y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), debido al anuncio de la construcción de una presa que afectaría directamente 3,100 hectáreas en 6 municipios y más de 40 localidades.
 
Por la construcción de esta presa, la Comisión Federal de Electricidad ofrece a los a los pueblos ribereños 5.000 empleos directos y 5.000 indirectos, apoyo a las comunidades con techos, canchas, escuelas, etcétera, y una retribución monetaria por las tierras inundadas, pero sólo después de terminada la obra y cuando se esté produciendo energía eléctrica.
 
“En México está habiendo muchas concesiones para proyectos hidroeléctricos, mineros y proyectos de reserva de biosfera. Sólo en Puebla, hay 560 concesiones para estos proyectos”, comenta Sara San Martin, directora del Centro de Estudios Ecuménicos (CEE). Para Sara, es muy importante que las iglesias apoyen a estas comunidades, que exijan a los Estados mayor protección, y los apoyen a través de distintas estrategias a resistir a los megaproyectos.
 
“En Paso de la Reina, un proyecto que acompañamos es la siembra orgánica, como una alternativa que complementa a la resistencia, porque la gente mientras está resistiendo también tiene que comer, y también es una estrategia que nos ayuda a sumar a otros”, agrega Sara.
 
La experiencia de Paso de la Reina, es un ejemplo para muchas comunidades, ya que llevan 5 años haciendo resistencia a este proyecto y han logrado que hasta el momento no entre maquinaria, porque hay un retén a la entrada de la comunidad las 24 horas.
 
Para Verónica, las iglesias están llamadas a la acción en sus comunidades. “Tenemos que convertirnos en profetas. Nosotros hablamos mucho que tenemos que levantar la voz profética pero nadie sabe que es levantar la voz profética, nadie recuerda que el papel de los profetas en la historia ha sido justamente denunciar los poderes que oprimen, y ese es un pecado estructural, no poder acceder a un don de Dios es un pecado estructural”.
 
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Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC)