MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

sábado, 5 de octubre de 2013

Papa: Al mundo no le importa los que mueren en búsqueda de libertad

 
Roma, Italia.
 
El papa Francisco volvió hoy a realizar un fuerte llamamiento para que "cesen los conflictos armados que ensangrientan la tierra, que callen las armas y en todas partes el odio ceda el puesto al amor, la ofensa al perdón y la discordia a la unión".
 
Este fue el grito del papa en su homilía de la misa que celebró ante la Basílica de San Francisco de Asís, en Umbria, en el centro de Italia, una ciudad que ha elegido para rendir homenaje al santo del que eligió su nombre como pontífice.
 
El papa Bergoglio pidió después que "escuchemos el grito de los que lloran, sufren y mueren por la violencia, el terrorismo o la guerra, en Tierra Santa, tan amada por San Francisco, en Siria, en todo el Oriente Medio, y en el mundo".
 
En su homilía, el pontífice argentino también recordó que san Francisco es conocido además de por ser el santo de los pobres, también por la defensa de la creación y a este respecto pidió que se respete la creación y que el hombre no sea "instrumento de destrucción".
 
"Éste es un mundo salvaje que no da trabajo, que no ayuda, al que no le importa si hay niños que mueren de hambre, si hay familias que no tienen que comer ni la dignidad de llevar el pan a casa, si hay gente que huye de la esclavitud, del hambre, buscando la libertad y que encuentra muchas veces la muerte, como ha ocurrido ayer en Lampedusa".
 
Francisco se ha referido con esas duras palabras a los más de 200 inmigrantes fallecidos ayer en un naufragio cuando trataban de alcanzar la isla siciliana de Lampedusa, realizando un profundo llamamiento a favor de la pobreza y a despojarse de la mundanidad. Lo ha hecho durante la visita que hoy está realizando a Asís, la ciudad natal de Francisco de Asís, el santo que abrazó la pobreza y del cual ha tomado prestado el nombre publico El Mundo.
 
En la misma sala en la que hace más de 800 años San Francisco renunció a todos los bienes materiales y se despojó simbólicamente de su ropa, rodeado de un grupo de pobres y de 'sin techo', el Papa ha predicado la necesidad de la Iglesia, de los cristianos y de toda la sociedad de despojarse de la mundanidad y de seguir el camino de la pobreza.
 
Cristianos de pastelería
 
"Ésta es una buena ocasión para invitar a la Iglesia a expoliarse. La Iglesia somos todos, todos. Y todos debemos andar por el camino de Jesús, que hizo un camino de despojamiento y se convirtió en siervo, que quiso ser humillado hasta la cruz. Si queremos ser cristianos no hay otro camino. No podemos hacer cristianismo sin Jesús, sin cruz, sin despojarnos, porque si no seremos cristianos de pastelería, dulces, bonitos, pero no cristianos de verdad", ha asegurado el Papa, que ha almorzado en el comedor para necesitados de Cáritas en Asís junto con 54 pobres.
 
El que fuera arzobispo de Buenos Aires comenzó su sermón explicando que hoy llegó a Asís como un peregrino más para "dar gracias al Padre por todo lo que ha querido revelar a uno de estos pequeños de los que habla el evangelio: Francisco, hijo de un rico comerciante de Asís".
 
Y recordó que tras el encuentro con Jesús, Francisco "se despojó de una vida cómoda y superficial, para abrazar a la señora pobreza".
 
El papa también explicó "que muchos asocian a Francisco con la paz, pero pocos profundizan" y aseveró que la llamada "paz franciscana no es un sentimiento almibarado" y tampoco "una especie de armonía panteísta con las energías del cosmos".
 
"La paz de san Francisco es la de Cristo y la encuentra el que carga con su yugo (...) Y este yugo no se puede llevar con arrogancia, con presunción, con soberbia, sino sólo con mansedumbre y humildad de corazón", agregó.
 
La misa fue uno de los numerosos actos en los que el papa intervendrá hoy en Asís, ya que entre otras cosas tiene previsto almorzar con los pobres en el centro de acogida que tiene Caritas en la ciudad.
 
Francisco dijo hoy que "la Iglesia debe despojarse de toda mundanidad espiritual, que mata el alma y a las personas y a la propia Iglesia", durante su encuentro con los pobres en la Sala de Expoliación del Obispado de Asís, ciudad de San Francisco.
 
El mensaje sobre la Iglesia lo pronunció improvisadamente el papa en el lugar donde San Francisco se despojó de sus vestidos, en la llamada "Sala del Expolio" del palacio del Obispado de Asís, donde se recuerda el revolucionario gesto del Santo, que se desnudó para quitarse todas las riquezas terrenales.
 
El papa, que llegó a Asís antes de la 7.45 horas (05.45 GMT) y visitó el santuario de San Damián, aseguró que esta es una buena ocasión para invitar a iglesia a despojarse de su mundanidad , "que lleva a la vanidad, a la prepotencia, al orgullo".
 
El papa argentino recordó que en ese lugar Francisco se despojó de todo, delante de su padre, del obispo y del pueblo de Asís. "Esta es una buena ocasión para invitar a Iglesia a despojarse, todos somos Iglesia, y todos debemos hacer el camino de Jesús, que ha hecho, un camino de despojo", dijo.
 
Ante un grupo de inmigrantes y necesitados, el papa recordó que Jesús dice que no se puede servir a dos patrones, o se sirve a Dios o a la mundanidad: al dinero, a la vanidad y al orgullo. El papa también estuvo acompañado con el G8 de Reforma a la Curia, coordinado por el cardenal hondureño, Óscar Andrés Rodríguez.
 
"La mundanidad espiritual asesina el alma y mata a las personas, mata a la Iglesia", mantuvo Bergoglio.
 
Y aseguró: "Tantos habéis sido desnudados de esto mundo salvaje que no da trabajo, que no ayuda, que no importa si mueren de hambre en el mundo ni importa si tantas familias no tiene para comer, no tiene la dignidad de llevar al pan a casa".
 
No importa -continuó- "que tanta gente huya de la esclavitud, del hambre, huir buscando la libertad y tantas veces vemos que encuentran la muerte como ocurrió ayer en Lampedusa", donde al volcar una embarcación cargada de inmigrantes murieron al menos 111 personas y dos centenares permanecen desaparecidos.
 
Después de la visita a los pobres en el obispado de Asís, el papa marchó a pie a la iglesia de Santa María Mayor para una visita privada.
 
El papa llegó a Asís en el día en que se conmemora la fiesta del patrono de Italia, San Francisco, lo que otorga una gran excepcionalidad a los actos y ceremonias en memoria.
 
EFE