MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

jueves, 2 de mayo de 2013

Construyendo ya el futuro que vendrá

Pedro Pierre 

pedro.pierre@telegrafo.com.ec


Que estemos en una época de cambios o un cambio de época, queremos cambios para una vida integral mejor. Las luchas de los pobres para sobrevivir nos apremian. No habrá cambios si cambiamos solo algunos. No habrá cambios si se cree que vendrán de arriba. No habrá cambios si no nos unimos para cambiar juntos, porque, de otra manera, perdemos todos.

Muchos estamos empeñados individual y colectivamente en vivir de otra manera: así estamos construyendo y adelantando el futuro que vendrá y que ya viene. No lo vemos bien porque la mayoría está dedicada a buscar cambios solamente individuales y materiales: estos pueden ser necesarios, pero son todavía insuficientes.

Personalmente, es la experiencia de las Comunidades Eclesiales de Base que durante más de 30 años me abrió los ojos y la mente para pensar, creer y actuar a partir de los pobres. Me enseñaron que la política es la organización de la convivencia nacional que comienza en casa por la participación, la responsabilidad, el respeto mutuo y el diálogo.

Me enseñaron que la economía es la organización equitativa del compartir de bienes primero entre amigos y vecinos para mostrar y demostrar que la solidaridad nos saca de la desesperanza y la miseria. Me enseñaron que las ideologías no son más que expresiones creativas y colectivas de nuestros anhelos y utopías para una economía humanizadora y una política comunitaria. Me enseñaron que la religión no es otra cosa que la humanización de las personas y de los pueblos, culminando en la celebración de la experiencia de un dios liberador activo en todas estas vivencias económicas, políticas e ideológicas.

Cuántos pequeños grupos de cristianos o de ciudadanos de a pie lo están experimentando. Cuántos jóvenes y adultos se dedican silenciosa y tenazmente a esta tarea hasta una vida entera. Pero nos distraemos tontamente y perdemos los estribos mirando novelas y programas de quinta categoría que nos vacían, nos deshumanizan y nos hacen tontos útiles y consumidores adictos a los malls y supermercados.

Para los cristianos, esto es el Reino en construcción, tal como lo anunció e inauguró Jesús: “No temas, pequeño rebaño, porque al Padre de ustedes le agradó darles el Reino”. Este alumbramiento de una sociedad nueva a partir de pequeños y grandes esfuerzos se da en medio de muchas dificultades y contradicciones y la lucha durará hasta nuestra muerte. Que Dios nos “libre de la tentación” de botar la toalla o dar marcha atrás.