Ejerció su ministerio en Newark, New
Jersey, USA, durante 22 años. Se jubiló en 1999. Autor de doce libros.
Sus “Doce Tesis para una Nueva
Reforma” pueden dar una idea suficiente de las inquietudes actuales de este
obispo singular:
1. El teísmo, como forma de definir a
Dios, ha muerto: ya no se puede pensar a Dios, con credibilidad, como un ser,
sobrenatural por su poder, que habita en el cielo y está listo para intervenir
periódicamente en la historia humana e imponer su voluntad. Por eso, la mayor
parte del lenguaje teológico actual sobre Dios carece de sentido; lo cual nos
lleva a buscar una nueva forma de hablar de Dios.
2. Dado que Dios no puede pensarse ya
en términos teísticos, no tiene sentido intentar entender a Jesús como la
encarnación de una deidad teísta. Por eso, la Cristología antigua está en
bancarrota.
3. La historia bíblica de una
creación perfecta y acabada, y la caída posterior de los seres humanos en el
pecado, es mitología pre-darwiniana y un sin sentido post-darwiniano.
4. La concepción y el nacimiento
virginales, entendidos literal y biológicamente, convierten a la divinidad de
Cristo, tal como tradicionalmente se entiende, en imposible.
5. Los relatos de milagros del Nuevo
Testamento no pueden interpretarse, en un mundo posterior a Newton, como
sucesos sobrenaturales realizados por una divinidad encarnada.
6. La interpretación de la Cruz como
un sacrificio ofrecido a Dios por los pecados del mundo es una idea bárbara
basada en conceptos primitivos sobre Dios que deben abandonarse.
7. La resurrección es una acción de
Dios: Dios exaltó a Jesús a la significación de Dios. Por consiguiente, no es
una resucitación física ocurrida dentro de la historia humana.
8. El relato de la Ascensión supone
un universo concebido en tres niveles y por eso no puede mantenerse, tal cual,
en una época cuyos conceptos espaciales son posteriores a Copérnico.
9. No hay una norma externa, objetiva
y revelada, plasmada en una escritura o sobre tablas de piedra, cuya misión sea
regir en todo tiempo nuestra conducta ética.
10. La plegaria no puede ser una
petición dirigida a una deidad teísta para que actúe en la historia humana de
una forma determinada.
11. La esperanza de una vida después
de la muerte debe separarse, de una vez por todas, de una mentalidad de premio
o castigo, controladora de la conducta. Por consiguiente, la Iglesia debe dejar
de apoyarse en la culpa para motivar la conducta.
12. Todos los seres humanos llevan en
sí la imagen de Dios y deben ser respetados por lo que cada uno es. Por
consiguiente, ninguna caracterización externa, basada en la raza, la etnia, el
sexo, o la orientación sexual, puede usarse como base para ningún rechazo o
discriminación.
Nota del autor: Estas tesis, que
planteo para el debate, están inevitablemente formuladas de forma negativa. Es
algo deliberado. Antes de que alguien pueda escuchar lo que es el cristianismo
debe crear un espacio para esta escucha borrando las falsas concepciones del
mismo.