MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Nuestro voto nos compromete

 LA IGLESIA DE A PIE FRENTE A LAS ELECCIONES GENERALES PROXIMAS EN ECUADOR

Con las elecciones, todas y todos buscamos, por una parte, un beneficio personal y, por otra, un bienestar nacional porque sabemos que todo voto cuenta. Muchos caminos se han abierto con el gobierno del presidente Rafael Correa. Pero siempre las expectativas son mayores que lo que se ha alcanzado.
 
Quedan pendientes varias leyes y tareas: las leyes de la propiedad del agua, de la tenencia de la tierra, de la culturas, del derecho penal… Las tareas tienen que ver con la minería a gran escala, las autonomías, la agricultura… Su contenido y su solución serán debatidos por la nueva Asamblea… y serán distintas, según haya mayoría absoluta o alianzas que hacer entre varios partidos. Todo esto depende de nuestra votación.
 
Eso nos hace ver la importancia de nuestro voto, porque, a final de cuentas, deciden los partidos cuyos candidatos hemos elegido. Cosecharemos los frutos que hemos querido que se sembraran. Todavía falta un 30% de ecuatorianos que no ha decidido por quiénes ni cómo votará.
 
Nuestro voto nos compromete luego de la votación. De alguna manera nos traicionan los que luego se cambian de partido: se los eligió porque pertenecían a un partido determinado y por el cual se confirmabas sus opciones y criterios. Nuestro voto nos exige seguir a los candidatos que hemos elegido para comprobar si son fieles a sus promesas.
Ahora, con los distritos, tenemos un nuevo espacio para fiscalizar a los que hemos elegido. Eso supone que nos vamos a unir y organizar para “seguir” a los asambleístas, confirmándolos si actúan bien y reclamándoles si actúan por otros principios e intereses. La verdadera democracia es lograr que seamos partícipes de las decisiones que nos conciernen en todos los niveles sociales, desde el local hasta el nacional.
 
Hoy tenemos muchos espacios públicos donde podemos intervenir y presionar: además de los distritos están las veedurías que nos permiten fiscalizar todas las instituciones públicas, desde las alcaldías hasta la Presidencia de la República. La misma Constitución nos facilita la posibilidad, como ciudadanos, de presentar leyes si tienen suficiente apoyo firmado…
 
Jesús se quejaba de las autoridades religiosas de su tiempo: “Preparan pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas”. Ya no somos bestias de carga… a menos que lo permitamos, por nuestra pasividad y desorganización. Continuemos abriendo camino de participación, respeto y dignidad.