MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

domingo, 3 de febrero de 2013

Espiritualidad, religiosidad popular y retorno de las creencias (2/2)

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Nuevas creencias desde las entrañas de las culturas ancestrales

Las culturas ancestrales son indígenas, africanas y asiáticas. Hacia ellas se dirigen nuevos viajeros y nuevas carabelas en pos de una nueva humanidad y nuevas utopías. “No me buscarías -decía el africano San Agustín- si ya no me hubieras encontrado”. Hoy Dios tiene nombres múltiples y cada uno de ellos nos revela una parte de su misterio y de su bendición. No se trata de echar por la borda lo válido que tenemos, pero sí tenemos que dejar lo que nos ancla al pasado y nos impide de construir la nueva humanidad que nos exigen los tiempos modernos.

Habrá que estar atentos a los “signos de los tiempos” y discernir qué creer, a quién seguir y cómo vivir y amar en fidelidad a los nuevos tiempos. El Misterio de la Vida y del Amor se deja encontrar a los que no se cansan de buscarlo y que quieren tocarlo del dedo en comunidad. Estas nuevas creencias serán liberadoras, es decir, construirán personas dignas y alegres, engendrarán relaciones fraternas y creativas, erigirán estructuras participativas y equitativas, generarán solidaridad internacional y protección de medio ambiente.

El Bien Vivir indígena ya tiene sus ritos y sus creencias. Está escondido en todas las sangres de este continente y en cada uno de sus habitantes. Su espiritualidad es de comunión y armonía entre personas, con la naturaleza y con el Dios Padre y Madre.

Las fiestas y tradiciones africanas nos abren a una dimensión menos racionalista y materialista y más intuitivas, corporales y femeninas. Su espiritualidad nos conduce a lo íntimo, lo gozoso y lo gratuito. Las tradiciones asiáticas nos adentran en el misterio de cada persona, puerta abierta hacia la divinidad; su espiritualidad es interior y universal.

¡Cuántas riquezas religiosas están a la mano! ¡Felices los tiempos que vivimos! Ya es tiempo de cosechar “las semillas del Verbo” que fructifican en muchas civilizaciones, en muchas religiones y en muchos grupos que asedian el Misterio de la Vida y del Amor para que se deje encontrar y gozar. Nadie tiene la exclusividad de este Verbo y sí, todos podemos alcanzar algunas de sus palabras en las espiritualidades, devociones y creencias de hoy para iluminarnos y animarnos los unos a los otros hacia logros de Vida más plena y de fraternidad más real.

¡Abramos las puertas de nuestros corazones, de nuestras iglesias, de nuestras devociones, de nuestros ritos y rituales para no quedarnos en un pasado que ya murió, sino construir un futuro que sea nuestro en nuestra casa común y nuestro único hogar!

Por una campaña electoral más “espiritual”

Lo espiritual debe ser también un tema de campaña. Lo material nos está ahogando, lo racional no nos llena el corazón, lo patriarcal se está yendo por la puerta de atrás, lo electrónico no es humanizador de por sí… ¿Por qué no se insiste más en lo cultural para que sea generador de humanidad, feminidad y espiritualidad? Lo espiritual exige respetar la dignidad y los derechos de las personas, los pueblos y la naturaleza. No hay espiritualidad sin fraternidad ni justicia social. “No basta rezar” para que caigan del cielo soluciones milagrosas: Dios no hace las cosas que nos toca realizar a nosotros con nuestras manos unidas y nuestras luchas mancomunadas.

En esta campaña un pastor se enfrasca en un moralismo que no encaja con las propuestas del Reino diseñado por Jesús de Nazaret. Un magnate reza padrenuestros para ganar votos y tratar de juntar en vano billetera internacional y poder político nacional: ¿no será tomar en vano el nombre de Dios, es decir, querer poner a Dios al servicio de nuestros intereses mezquinos? Unos “Guerreros de Madera” se amparan del título de cristiano con el que, particularmente en lo social, poco tienen que ver. Otros llevan cruces y medallas para llegar al inconsciente de la gente, como si fuera ingenua. Otros van a misa para darse un baño de agua bendita, sin pensar que “reconocemos a Dios en el partir el pan y Dios nos reconoce también en el partir el pan”, no solamente el pan de la palabra, sino también el pan de la amistad y el pan del compartir equitativo.

Lo espiritual encaja con el Bien Vivir indígena, la compasión rebelde de los cristianos, la armonía festiva de los negros, la comunión íntima y universal de los asiáticos y la nueva cultura de la Vida y de la fraternidad. ¡Cuidado con ser espiritualistas y no ver más la tierra, que es tierra nuestra y de Dios a la vez!


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