MONS. GONZALO LOPEZ M.

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viernes, 25 de enero de 2013

Responsable de Finanzas, Taro Aso, sobre los mayores: "DEBEMOS DEJAR QUE SE DEN PRISA Y MUERAN"

EL FASCISMO DE LA DERECHA
Un mes le ha bastado a uno de los ministros del nuevo gobierno japonés para insultar a millones de votantes, al sugerir que las personas mayores suponen una carga innecesaria en las finanzas del país. El responsable de Finanzas, Taro Aso, dijo el lunes que a los ancianos debería permitírsele «que se den prisa y se mueran», para aliviar así el gasto que soporta el Estado en sus tratamientos.
«Dios no lo quiera que uno sea obligado a seguir viviendo cuando lo que quiere es morir. Me despertaría sintiéndome cada vez peor sabiendo que todo [el tratamiento] está siendo pagado por el Gobierno», afirmó Aso en una reunión del Consejo Nacional sobre la reforma de la Seguridad Social. «No resolveremos el problema hasta que dejemos que se den prisa y mueran», informa el diario británico «The Guardian».

Población envejecida

El comentario de Aso tendrá muy probablemente consecuencias entre la población, de la que casi un 25% de los 128 millones de japoneses es mayor de 60 años. Y las previsiones indican que ese porcentaje podría aumentar al 40% en los próximos 50 años.
Aso, de 72 años y que también ocupa el puesto de viceprimer ministro, aseguró que él rechazaría los cuidados en caso de encontrarse en estado terminal. «No necesito ese tipo de cuidados», explicó a los medios locales, añadiendo que había dejado una nota a su familia pidiendo no ser sometido a tratamiento médico alguno destinado a mantenerlo con vida.
El cuidado de los mayores supone todo un desafío para los maltrechos servicios sociales japoneses. Según un reciente informe, cuatro de cada diez hogares perciben algún tipo de ayuda social por incluir a algún miembro de más de 65 años. Otro reto es el creciente número de personas que mueren solas. En el año 2010, 4,6 millones de ancianos vivían solos, según datos oficiales.
El Gobierno pretende reduce el gasto en servicios sociales en su próximo presupuesto, que debería aprobarse en abril y del que se esperan en los próximos días o semanas.