MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Hablando claro: ¿QUE ES IGLESIA SOCIAL?


Queremos aclarar este termino, usado ya por muchos medios para definir a la Igelsia católica de ISAMIS, en virtud de que nuestros hermanos Heraldistas, al igual que todas las cosa que tocan, también han tratado de desvirtuarla para llevarlas a sus oscuros dominios.

Tomado de www.buzoncatolico.es

.....  Jesús es, ante todo, un hombre semejante a los demás, que podía ser identificado socialmente a partir de su familia, de su profesión, de su aldea: es el "hijo de José" (Lc 4, 22), "el hijo de María y el hermano de Santiago, José, Judas y Simón" (Mc 6,3), "el carpintero" (Mc 6,3), "hijo del carpintero" (Mt 13,55), originario de Nazareth en Galilea. Pero ¿cómo podrá lograr este hombre, semejante a los demás hombres, que reconozcan en él a Dios mismo que nos viene a visitar? ¿Qué signos y qué palabras podrán acreditarlo como "el que debe venir", es decir, como el que va a realizar las promesas hechas por Dios? La respuesta a esta pregunta es simple, de una simplicidad tan desconcertante que algunos no comprenderán. Sin duda alguna, ellos esperaban algo mejor, algo más grandioso, incluso más elevado espiritualmente. Cuando Juan Bautista envía sus discípulos a informarse para saber si Jesús es el que debe venir o han de esperar a otro, Jesús presenta esencialmente como pruebas los hechos que él realiza para poner en pie a las víctimas, a los golpeados de la vida, a los oprimidos de su tiempo: "Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres". (Mt 11,5)

La Buena Noticia consiste en estos actos, los mismos actos que María celebra en el Magnificat: "El baja de su trono a los poderosos, y eleva a los humildes. Llena de bienes a los hambrientos, y a los ricos los despide vacíos". (Lc 1,52-53) Es exactamente la misma señal que Jesús da al comienzo de su ministerio en la sinagoga de Nazaret para indicar cuál es su misión: "El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para traer la Buena Nueva a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver. A despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de la gracia del Señor" (Lc 4,18-19, que cita a Isaías 58, 6).

Así pues, la venida de Dios a su pueblo, la inauguración de su Reino en medio de nosotros, se han hecho visibles en estos actos que tienen que ver con los enfermos, con los hambrientos, con los oprimidos, con los cautivos. Liberando a estos hombres mortificados en sus cuerpos, Jesús manifiesta sobre todo la ternura de Dios. La liberación del pobre no es algo exterior al reino de Dios: ella realiza su presencia entre nosotros.

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A lo largo de su vida pública, vemos que Jesús hace suya la defensa de los marginados, de los pequeños, de los pobres. Es un comportamiento constante de su parte, que frecuentemente lo pone en conflicto con otras personas u otros poderes: desde las numerosas curaciones que realiza a favor de los enfermos y de los lisiados, hasta las enseñanzas a favor de los pequeños a los que Dios hace comprender sus secretos. Jesús está siempre al lado de los marginados, tanto si la causa de su marginación es social como si es religiosa. El salva la vida de aquella mujer a la que los hombres quieren excluir de la sociedad humana porque ha cometido adulterio; él elogia a otra mujer, una pobre viuda que a pesar de estar en la miseria da la limosna, por contraposición a los ricos que dan de lo que les sobra. A quien hace una fiesta le aconseja no invitar a sus vecinos ricos, sino "a los pobres, los lisiados, los cojos, los ciegos" (Lc 14,12).

Enojándose con aquellos que iban a tomar parte "del banquete del Reino de Dios" después de la defección de los invitados, Jesús llama a "los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos", sin otro criterio de elección (Lc 14,21). Por una oveja perdida el pastor deja las otras noventa y nueve; de igual modo, por el hijo perdido y desprotegido el amo mata el ternero gordo, y no por aquel que había permanecido fielmente en casa (Lc 15,3-6 y 11-32). Es la historia del propietario que da al obrero que no ha trabajado más que una hora —porque nadie lo había contratado antes— un salario igual al del obrero que ha trabajado todo el día porque había sido contratado desde la primera hora (Mt 20,1-16). Es la situación que, después de la muerte de los dos protagonistas, se invierte en provecho del pobre Lázaro y en detrimento del rico, sin que Lázaro haya hecho otra cosa que no fuese ser un pobre "que habría deseado llenarse de lo que caía de la mesa del rico", y sin que el rico hubiese hecho otra cosa que comportarse como rico "haciendo cada día ostentosos festines" (Lc 16, 19-30).

Es el Reino declarado inaccesible a los que poseen riquezas, aunque Dios —y sólo El— puede vencer esta imposibilidad radical (Mt 19,23-26). Ese comportamiento con el que está desnudo, hambriento, preso y desprotegido indica la realidad de nuestro comportamiento para con Dios, es decir, la realidad de la acogida o rechazo que a El le damos (Mt 25,35-40). Jesús invita a los que quieren seguirlo a no poner su corazón en las riquezas. Estos bienes perecederos que acaparan al hombre, ahogan la buena semilla de la Palabra (Mt 13, 22), cierran el corazón a la miseria del otro (Lc 16,19-22) y conducen a una conducta idolátrica (Lc 16,23). El invita a vender los bienes y a darlos a los pobres (Lc 14,33; 18, 22). ¿No era El mismo aquel que no tenía donde reposar la cabeza? Desde su nacimiento fue rechazado de "la sala común" porque no había lugar para él y sus padres (Lc 2,7). El escogió estar del lado de las víctimas, por lo que terminará rechazado de la sociedad, clavado en el cadalso de la vergüenza.....

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El profeta Isaías, más de 500 años antes del nacimiento de Jesús, señalaba con claridad por donde sopla este viento del Espíritu, cuando hay que preparar el camino de la conversión hacia una Iglesia Social.

"¿Cómo debe ser el layuno que me gusta, o el día en que el hombre se humilla? ¿Acaso se trata nada más que de doblar la cabeza como un junco o de acostarse sobre sacos y ceniza? ¿A eso llamas ayuno y día agradable a Yavé?

¿No saben cuál es el ayuno que me agrada? Romper las cadenas injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a los oprimidos y romper toda clase de yugo.

Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda a tu hermano.

Entonces tu luz surgirá como la aurora y tus heridas sanaran rápidamente. Tu recto obrar marchará delante de tí y la Gloria de Yavé te seguirá por detrás. Entonces, si llamas Yavé, responderá. Cuando lo llames, dirá: Aquí estoy.

Si en tu casa no hay más gente explotada, si apartas el gesto amenzante y las palabras perversas; si das al hambriento lo que deseas para ti, brillará tu luz en las tinieblas, y tu oscuridad se volverá como la claridad del mediodía".

Is. 58, 1-10

¿SE APROXIMA SIQUIERA A LOS LINDOS RITOS DE LOS "SANTOS HERALDOS DEL ANTIEVANGELIO" POR LOS QUE LLORAN LOS RESENTIDOS HERALDITAS?